Mande jamón, no christmas
Si se suman papel, envío y manufactura casi sale más caro. El cerdo ibérico se agradece más
Actualizado: GuardarSi quiere usted, de verdad, felicitar la Navidad a un amigo o conocido, quedar bien con una empresa o que su nombre suene como si se anunciara en una valla por el módico precio de una pieza de cerdo ibérico, no tiene más que enviar un jamón en estas fechas. Esta bonita tradición navideña parece haber pasado de moda, pese a que han bajado mucho los precios del porcino y los empresarios jamoneros están locos por vender las piezas incluso a precio de saldo, como Soriano.
Estoy convencida de que el que manda un christmas no piensa que le sale más barato enviar un jamón. Un ejemplo: el papel está muy caro y si usted manda veinte felicitaciones a una empresa le aseguro que si tiene suerte la abren dos, y por si trae un cheque dentro.
Además, el personal raja, porque no sabe dónde colocar ya tanta postal del Niño Dios recién nacido y más de uno murmura que esto no es lo que era antes, cuando los jamones entraban andando por las empresas y las cestas adornaban la entrada mejor que un árbol de Navidad.
Aunque el jamón no fuese para ti, había unos segundos de placer en los que uno pensaba que el ordenador del 'mailing' había fallado y que en vez de aparecer el nombre del directivo de la empresa aparecía el del currito de turno, que abrazaba el jamón como si fuese su hermano en el anuncio Delaviuda.
Todo el mundo se enteraba de que la empresa de fulanito había enviado un jamón, tenía la publicidad garantizada. Las empresas no se dan cuenta que si sumamos el papel de veinte felicitaciones, la imprenta, los sobres y el correo, es mucho más barato y supone un mejor golpe de efecto enviar un solo jamón, aunque sea para veinte. Además, el papel hay que reciclarlo, mientras que del jamón no se recicla ya ni la pezuña y encima no emite gases tóxicos a la atmósfera, que está ahora muy de moda.
Bueno no me enrollo más, en resumidas cuentas, «no manden Christmas, regalen jamones», un bonito eslógan para la Navidad.
LOS HIJOS DE TOM CRUISE
Una vueltecita gaditana, eso debió decirle Tom a sus dos hijos mayores (Isabella, de 16 años, y Connor, de 14, los que adoptó durante su matrimonio con Nicole Kidman), que aprovechando una visita a su padre en Sevilla, ciudad en la que rueda escenas de la película 'Knigth&Day', han estado esta semana en Cádiz.
Los chicos hicieron un 'tour' turístico por la ciudad, pasando desapercibidos entre el público, visitando entre otros lugares la Catedral y el Teatro Romano.
Como habría hecho cualquier grupo de jóvenes de su edad, los dos adolescentes pasearon con curiosidad y se interesaron por varios artículos, pero prefirieron no gastar en caprichos, lo que dice mucho de su buena educación.
Los adolescentes, que no venían con escolta, tomaron un helado al sol de una terraza en la plaza de la Catedral y luego comieron en una pizzería, para regresar a la capital hispalense, donde han pasado unos días con su mundialmente célebre padre.
GRANDES CIUDADES
No está mal la propuesta que ha hecho el secretario local del PSOE, Federico Pérez Peralta, sobre aplicar en los plenos municipales el Reglamento de Grandes Ciudades, donde se permite que sea un concejal el que presida las sesiones, en vez del regidor.
Digo que no está mal si se aplicase en todos sus sentidos, es decir, que al ser considerada entre las grandes ciudades, el Estado la considerase como tal a la hora de enviar dinero para Cádiz. Se lo puede plantear a Rodríguez Zapatero, a ver qué dice.
Por cierto, sí estoy de acuerdo en lo que dice de que desde que Luis Pizarro ha llegado al Consorcio del Bicentenario se están haciendo cosas y hay otra actitud de colaboración con la ciudad. Sin embargo, esta declaración no deja en buen lugar al anterior presidente del Consorcio, Gaspar Zarrías, del que no se descarta que vuelva por Andalucía.