Nicolas Sarkozy durante la conferencia de prensa que ayer ofreció en Paris. :: AFP
Economia

Francia lanza un plan de 35.000 millones en inversiones de futuro

PARÍS. Actualizado: Guardar
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El presidente francés, Nicolas Sarkozy, presentó ayer un plan de inversiones, dotado con 35.000 millones de euros de las arcas públicas, para adecuar la economía de su país a los retos del futuro una vez superada la recesión. La universidad y la investigación, junto a la economía digital y la innovación industrial, son los sectores prioritarios de un dispositivo encaminado a recuperar el atraso acumulado por Francia.

«Debemos preparar nuestro país ante los desafíos venideros para que Francia pueda aprovechar plenamente la recuperación, sea más fuerte, más competitiva y cree más empleos», declaró Sarkozy en la segunda rueda de prensa de su mandato, excepcionalidad reveladora de la trascendencia de la iniciativa. «Internet de muy alta velocidad, nanotecnologías, la lucha contra el cáncer y el alzheimer eran tareas a acometer, con crisis o sin crisis», subrayó.

De los 35.000 millones comprometidos por el Estado, 13.000 proceden del dinero ya devuelto por los bancos que recibieron ayudas para evitar el colapso del sistema en la crisis financiera. Los otros 22.000 corresponden a un préstamo reservado a inversores institucionales a un interés del 3,5%, que son las actuales condiciones del mercado de capitales para Francia.

El Gobierno galo ha renunciado a colocar deuda entre los particulares para evitar el pago de comisiones. Espera atraer otros 25.000 millones de capitales privados, fundaciones y fondos europeos para totalizar 60.000 millones. Esta suma global sería superior a la movilizada por el plan de emergencia para combatir la crisis, 39.100 millones en 2009 y otros 7.100 en 2010.

Sarkozy se esforzó durante la rueda de prensa en enmarcar sus 'inversiones de futuro' en una estrategia global de saneamiento de las finanzas públicas francesas. De esta manera salía al paso de las críticas de la oposición de izquierdas que resalta el impacto sobre una deuda pública que este año ha alcanzado el récord histórico del 77,1% del PIB y en 2010 se disparará hasta el 85,1%.