Los impagos ponen en peligro a una empresa constructora de Chiclana

Una cadena de impagados puede llevar a la ruina a una empresa. Los trabajadores de la constructora chiclanera Ocidys se han tirado a la calle y no, precisamente, para protestar contra su patrono. Al contrario. Quieren ayudarle a toda costa porque sus jornales corren serio peligro. Media docena de empresas del ramo adeudan casi 300.000 euros a Ocidys y su propietario, Sebastián Marchante, está con el agua al cuello. La empresa no puede seguir adelante. Los trabajadores llevan dos meses sin cobrar y se ha aceptado en la Delegación de Empleo un Expediente de Regulación Temporal de Empleo ( ERTE) que afecta a la totalidad de la plantilla. Es decir, 50 irán al desempleo, mientras que 30 seguirán en el tajo.

Pero el problema es mayúsculo para esta constructora ya que si no cobra tampoco podrá hacer frente a los nuevos encargos. Ocidys ha realizado obras de urbanización y las empresas adjudicatarias de sus trabajos no acaban de liquidar la deuda. Manuel Alba, trabajador de la empresa, asegura que «dan largas cada vez que tratan de cobrar y sostienen que no pueden abonar las letras». Alba lamenta que muchos se aprovechen de la crisis para no pagar lo que deben, «pero con esta actitud han puesto en juego nuestro trabajo».