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Sevilla echará un pulso a Cádiz como puerto de llegada de grandes cruceros

El muelle hispalense tendrá en febrero una nueva esclusa que le permitirá acoger barcos de 300 metros de eslora

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En el siglo XVI Sevilla se quedó en exclusiva con la carrera de Indias. Dos siglos más tarde Cádiz arrebataría al puerto hispalense ese privilegio. Y ahora, en pleno siglo XXI, la competencia entre las infraestructuras fluviales y marítimas de ambas ciudades se centra en la captación de cruceros.

El muelle sevillano se está preparando para la ofensiva con la construcción de una esclusa que permitirá pasar al interior del puerto a barcos de mayor anchura y, por tanto, a grandes buques turísticos. Navíos de hasta 40 metros de manga y 300 de eslora podrán penetrar en aguas del Guadalquivir, casi el doble de lo que aguanta actualmente. Una vez superado el escollo de las dimensiones, la Autoridad Portuaria de Sevilla se lanzará a la carrera por los cruceros.

Finales de febrero es la fecha fijada para la culminación de la esclusa, la quinta más grande del mundo según sus impulsores (FCC), justo antes de que comience la temporada fuerte de las travesías turísticas. Para entonces, el calendario de 2010 estará totalmente cerrado y, si bien las previsiones en Cádiz son que el próximo ejercicio sea similar al que está a punto de extinguirse -en el que se ha aumentado el número de pasajeros que llegaron al puerto gaditano-, el sector local ha recogido con escepticismo la irrupción de la obra de ingeniería sevillana.

Sobre todo por la fuerza de la marca de Sevilla conjugada con el confort y el lujo de un crucero. Justo cuando Cádiz había soltado marras definitivamente y se había consolidado como el sexto en importancia de todos los puertos españoles.

Tiene de margen para contrarrestar la pujanza de la ciudad hispalense hasta 2011, el año en el que se espera esté ejecutado el dragado del río, la principal dificultad que encuentra el Guadalquivir para permitir el paso de grandes buques. Eso sí, a partir de ahí, tal y como indicó el alcalde sevillano, Alfredo Sánchez Monteseirín, podrán llegar al puerto más del 90% de la flota mundial, salvo los grandes barcos contenedores y petroleros y cruceros como el Queen Mary. Allí ya se frotan las manos con la posibilidad de atraer a miles de cruceristas, la mayoría de alto nivel adquisitivo.

Mientras, la Bahía de Cádiz espera no sufrir una caída estrepitosa de barcos que arriban a sus aguas. Por esta razón, el Ayuntamiento gaditano ha manifestado su intención de instar a Fomento a que realice mayores inversiones en el muelle gaditano y se ampara en las experiencias satisfactorias de grandes compañías navieras como MSC Cruceros para confiar en que la oferta sevillana no calará entre los turistas.

18 millones de euros

Otros implicados en el sector, como la hostelería y el comercio, ya han manifestado su preocupación por la inminente culminación de la esclusa sevillana dado que a menor número de cruceristas, menos ganancias para los establecimientos.

Antonio de María, presidente de la patronal hostelera, va más allá e insiste en que el nombre de la capital de Andalucía es lo que decanta a los pasajeros a la hora de elegir su viaje en barco.

La debilidad es tomada por la Autoridad Portuaria de Cádiz como una oportunidad. «Los cruceros necesitarán cinco horas para remontar el Guadalquivir y alguna hora más para esperar las pleamares, por lo que podría ser que incluyeran a ambas ciudades en la oferta como hace, de hecho, la Belle de Cadix», apunta su presidente, Rafael Barra.

Hasta ahora, por más imagen e interés que pueda suscitar Sevilla, la actividad turística de su puerto está a años luz del gaditano. Según la estadística de Puertos del Estado, a Cádiz llegaron hasta septiembre 170 cruceros y al puerto sevillano sólo 74. Los números indican que aquí atracan, sobre todo, buques de más de 200 metros de eslora y con una capacidad de más de 1.000 pasajeros. En 2008, la repercusión económica de este tráfico alcanzó los 16,2 millones de euros. Y si se cuenta con el gasto de tripulantes esta cifra supera los 18 millones de euros.

Las aguas están en calma, de momento. Según las encuestas, el crucerista valora el clima, la gastronomía, la hospitalidad y el trato recibido en la ciudad de Cádiz. Cualidades que, con un importante negocio a la vista, a buen seguro sabrán explotar las autoridades y empresas sevillanas para arrebatar, o al menos minar, la hegemonía de los puertos malagueño y gaditano.