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El miedo de Dimitar Berbatov
Los delincuentes exigen 600.000 euros al futbolista o de lo contrario secuestrarán a su mujer y a su hija de apenas dos meses El delantero del Manchester United recibe la amenaza de una banda búlgara
MADRID. Actualizado: GuardarDimitar Berbatov sabe bien que hay amenazas que conviene tomarse en serio. En 1999, cuando tenía 18 años y era la mejor promesa del CSKA de Sofía, el delantero del Manchester United fue abordado al término de un entrenamiento por tres empleados de la firma VIS-2 (Vasil Iliev Security-2). A pesar del nombre de la empresa, lo cierto es que, delante de aquellos hombres, uno podía sentirse cualquier cosa menos seguro. De hecho, ni siquiera el propio fundador de VIS, Vasil Iliev, un antiguo campeón de lucha libre, pudo sentirse seguro el día de su vida que más lo necesitó, la tarde del 25 de abril de 1995, cuando un pistolero le frió a tiros cuando salía de un restaurante del centro de Sofía.
Vasil Iliev, que se había hecho millonario introduciendo petróleo en Serbia durante el embargo decretado por Naciones Unidas, tenía un hermano dos años menor que él. Se llamaba Georgi y, aparte de haber sido también un buen luchador, era un gran aficionado al fútbol. Fue él quien heredó VIS y se encargó de que su organización se hiciera con las riendas del club de su ciudad, el Levski Kjustendil, de la Primera División búlgara. Lo de añadir el número 2 a las siglas de la empresa también fue cosa suya. Algo había que hacer después de que, en 1994, el Gobierno de Bulgaria declara ilegal a VIS por sus actividades criminales en diversos frentes: la extorsión, la compra-venta de coches robados, los asesinatos a sueldo y el tráfico de drogas. De todo un poco, vaya. Un negocio diversificado.
Enamorado del juego de Berbatov, Georgi Iliev mandó a sus secuaces que hicieran una visita de cortesía a aquel chaval guapetón y de ojos azules que había marcado 14 goles y había sido decisivo en la conquista de la Copa por parte del CSKA. El propósito del hampón no era otro que 'convencer' a Berbatov para que dejara el CSKA y firmara por su equipo. Felizmente, aquel secuestro fue muy breve. En realidad, se quedó en un sucio intento de extorsión. El futbolista pudo hacer una llamada a su padre a través del móvil y los sicarios, conscientes de que la Policía se había puesto tras su pasos, le dejaron marchar. La cosa quedó en nada para los gángsters y en un susto de muerte para Dimitar Berbatov.
Una llamada a Margarita
Iliev no volvió a molestarle. El hombre tenía otras preocupaciones. Otros negocios. Que éstos no acabaron nunca de ser un ejemplo de transparencia se demostró el 25 de agosto de 2005. Georgi Iliev se encontraba aquel día comiendo en el restaurante Sunny Beach de Bourgas, una localidad turística del Mar Negro, cuando fue abatido por un francotirador. Tenía 39 años. Su asesinato provocó una oleada de muertes en escaramuzas entre bandas rivales. Según consta en el libro 'Los búlgaros más ricos', escrito por el periodista Grigor Lilov, el gángster de Kjustendil había amasado a su muerte una fortuna de 250 millones de dólares. Vasil hubiera estado orgulloso de él.
Buen conocedor de cómo se las gastan las bandas mafiosas de su país, Dimitar Berbatov se llevó un susto de muerte hace unos días cuando su madre, Margarita, le anunció que acababa de recibir una llamada de extorsión por parte de una banda de delincuentes. Según recogía el 'Daily Mirror', los facinerosos exigían al delantero del Manchester United la entrega de 600.000 euros. De lo contrario, secuestrarían a su mujer, Elena, y a su hija Dea, nacida el pasado 15 de octubre en el hospital Saint Lazarus de Sofía. En la información del rotativo británico se asegura que Berbatov, todo un ídolo en su país, negoció un acuerdo con los mafiosos para que le dejaran en paz. Aún así, consciente de que no conviene fiarse de las serpientes de cascabel, abandonó Bulgaria con su familia -estaba allí curándose de una lesión de rodilla- en un avión privado que fletó el propio sir Alex Ferguson. Según sus allegados, el ex jugador del Bayer Leverkusen y del Tottenham se encuentra «muy asustado» y ha prometido una recompensa a los vecinos que detecten movimientos extraños en los alrededores de su casa de Manchester.