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Mauritania a vista de un Patrol
Actualizado: Guardar«Buf, ahora me lo pensaría un poco». Arkaitz Gorrotxategi regresó hace un mes de Mauritania, país que recorrió de cabo a rabo durante dos semanas al volante de un Nissan Patrol lleno de medicinas, ropas y otros enseres destinados a la ayuda humanitaria. Gorrotxategi y su amigo Iker Berrocoso se embarcaron el pasado mes de septiembre en una aventura que tiene mucho de quijotesca. Recolectaron entre los comercios de su pueblo, la localidad guipuzcoana de Legazpi, material para entregarlo a los más necesitados de Mauritania, lo cargaron a bordo de su todoterreno y pusieron rumbo al sur. Atravesaron la Península, el Estrecho y Marruecos hasta enfilar la tierra de nadie, una estrecha franja de carretera de tres kilómetros que separa la frontera marroquí de la mauritana y que está rodeada de minas. «Te impresiona porque no hay absolutamente nadie, sólo esqueletos de vehículos que se han averiado o han explotado». De allí viajaron hasta la capital siguiendo la costa. «Por el interior hay una carretera nueva, que es donde precisamente se produjo el secuestro de los catalanes, pero nosotros optamos por la antigua ruta que va por la orilla de las playas y que se hace con marea baja. En ningún momento tuvimos problemas con la gente y eso que muchas noches dormíamos en una baca en el techo del coche. Te das cuenta, eso sí, de que es un país que está en la miseria; todas las autoridades que te encuentras intentan exprimirte de una u otra forma porque a los occidentales nos ven como una especie de euros con piernas».
Gorrotxategi y Berrocoso distribuyeron las medicinas en un hospital y fueron dejando el resto del material de ayuda (ropas, cuadernos, lápices...) en los poblados que encontraban a su paso. No es en su opinión un país inseguro y prueba de ello es la creciente presencia de turistas, sobre todo franceses, y también de aventureros con ganas de pisar el desierto. La vuelta la hicieron en avión después de vender en Mauritania el todoterreno de sus amores y sortear mil trabas burocráticas.