Tres tripulantes del 'Alakrana', tras declarar ayer en Guernica ante el juez Santiago Pedraz. / EFE
ESPAÑA

Los marineros del 'Alakrana' no logran identificar como piratas a los dos arrestados por el Ejército

Los pescadores relatan a Pedraz que fueron tratados «peor que animales» en el cautiverio

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Los ocho marineros vascos del atunero Alakrana relataron ayer al juez la dificultad que les supone determinar si Abdu Willy y Raageggesey Adji Haman, los dos detenidos por la Marina y trasladados a la Audiencia Nacional, formaban parte del grupo de piratas somalíes. «Todos son iguales, es muy difícil identificarles», justificaron.

El magistrado Santiago Pedraz, que se trasladó a Guernica desde Madrid para tomar declaración a los ocupantes del atunero vasco, tampoco pudo obtener mayores datos sobre el pago del secuestro o la identidad de los cabecillas del grupo. «Nosotros somos las víctimas, hemos estado amenazados de muerte y sometidos a mucho estrés como para pararnos a saber quién es quién», declaró otro de los marineros.

Lo que sí reclamaron al magistrado es que la Justicia española cumpla el pacto con los corsarios sobre el futuro de los dos detenidos en España. De lo contrario, advirtieron, «que se prepare el próximo pesquero español que caiga en sus manos». El magistrado les ofreció personarse en la causa contra los detenidos como acusación particular, pero los pescadores declinaron la invitación. Pedraz les ofreció personarse en la causa contra los detenidos como acusación particular, pero los pescadores declinaron la invitación. Además, el juez obtuvo de las declaraciones de los marineros el relato de los 47 días del truculento cautiverio en aguas del Índico y una dura queja por la «asquerosa» gestión realizada por el Gobierno español, según afirmaron.

El maquinista Bittor Gallego denunció que los piratas «son animales y nos han tratado peor que a los animales» y refirió las agresiones, amenazas de muerte y malos tratos continuados. En su opinión, «el peor momento» se produjo cuando los secuestradores les comunicaron que la Marina había capturado a dos de sus compañeros. «Se pensaban que estaban muertos y decían que si sus hermanos venían muertos nosotros iríamos muertos y si venían con un pie cortado, nosotros iríamos con un pie cortado». Ángel María Diego, jefe de cocina del Alakrana, reconoció la sorpresa que les produjo el momento de la liberación y dijo que no estuvieron seguros del fin del secuestro hasta que no vieron a los helicópteros sobre el pesquero y a los soldados españoles que abordaron el barco.

Sufrimiento personal

Diego señaló que, por encima del sufrimiento personal de los marineros, la situación más complicada se produjo el 14 de octubre, cuando los piratas les trasladaron al carguero griego Ariana, secuestrado hace seis meses. Con voz entrecortada, recordó que vieron en su interior a dos mujeres (una acababa de dar a luz) y a una niña de 11 años «que había sido violada por un niño pirata». «Les dimos comida, fruta para el bebé y algo de gasoil», indicó el jefe de cocina, que se dirigió al Gobierno y a la Justicia española y exigió que «si hay derechos humanos que se dejen del hijo de puta del niño que hay aquí (en referencia al somalí Abdu Willy) y que se metan a rescatar a esa gente porque van a morir».

Por otra parte, ante las críticas a la gestión de los Gobiernos central y vasco, el lehendakari Patxi López pidió que «nadie intente utilizar el secuestro y la angustia» vivida por los tripulantes del Alakrana «para buscar réditos electorales o políticos». Además, expresó su confianza en que «nadie intente hacer corresponsable a determinado gobierno» de la captura del atunero porque «los únicos responsables son los piratas».