Los médicos han recomendado a Francisca que mantenga reposo durante varios días. / ANTONIO VÁZQUEZ

«He sentido el calor del aliento del toro en mi nuca»

Empezó el domingo con la limpieza del portal de su casa y lo terminó en el hospital . Francisca Portilla, una de las dos heridas, relata un susto inolvidable

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Domingo, 12.30 de la mañana. Francisca Portilla aprovecha su día libre de auxiliar de enfermería del SAS para limpiar el portal de su casa en la calle María Arteaga. Hasta aquí todo normal, si no hubiera sido porque la carrera de siete toros asustados interrumpió su faena.

«Estaba barriendo el escalón de mi finca cuando escuche a unos chicos chillar. Cuando me volví ya era tarde», explica Portilla, aún asustada. El primero de los siete toros que se escaparon del día de ensayo de Knight & Day se encontraba prácticamente «encima».

«Ahora que lo pienso, no sé muy bien lo que hice en ese momento», explica Francisca que confiesa que «estaba muy confusa». Tanto que no sabe exactamente si fue un toro el que la empujó hacia la casapuerta o fue ella misma la que se arrojó hacia el interior de la finca cercana a la Cruz Verde.

De lo que no le cabe ninguna duda es de que Portilla sintió el calor del toro en su nuca. «La Policía Local me estuvo preguntando cómo caí y la verdad es que no lo recuerdo muy bien. Lo que puedo decir es que sentí en mi nuca el calor del primer toro de la manada. Y puedo asegurar a quien quiera que esa sensación es la más mala del mundo».

Daños físicos y morales

Al caer, la auxiliar se lesionó una rodilla, ya maltrecha por problemas de salud previos. Al ver que ésta se hinchaba por momentos, decidió trasladarse al centro sanitario del Olivillo. «Allí me miraron la pierna y me dijeron que mejor fuera al Puerta del Mar». Fue en el hospital donde le realizaron una radiografía y le aseguraron que no había sufrido daños óseos, sólo musculares y tendinosos. Los médicos le recetaron un tratamiento con analgésicos y antinflamatorios.

Sin embargo por la tarde, Portilla comenzó a sentir molestias en el cuello y la otra pierna. «El tiempo va pasando y cada vez me duelen más partes del cuerpo», comenta resignada. Sin embargo, para Francisca no sólo es el dolor físico: «En ese momento, no era tanto el dolor de la caída como la impotencia y el miedo que sentí». Portilla es consciente de la gravedad de los hechos que vivió ayer. «Si no me llego a apartar en el portal, no sé lo que me hubiera pasado», comenta asustada la gaditana.

En busca de responsables

«Voy a denunciar tanto a la productora como al Ayuntamiento», puntualizaba Francisca ayer en el salón de su casa que aún no se podía creer lo que le había ocurrido horas antes. Está dispuesta a buscar a los responsables de los hechos ya que, a su juicio, el grave incidente ha ocurrido «por un importante problema de organización».

Ayer, no dudó en acudir a la Policía Local en cuanto le dieron el alta en el hospital. «En la Jefatura he realizado una declaración de los hechos, aunque más adelante denunciaré a los responsables del rodaje».

De momento, ayer un responsable de la productora se acercó hasta el Puerta del Mar. «El de la productora me ha asegurado que han contratado a los mejores especialistas. Sin embargo, a los hechos me remito de que muy buenos no serán cuando ha pasado lo que ha pasado», explica indignada la auxiliar de enfermería.

Portilla también tuvo palabras ayer para la productora española encargada del rodaje en la ciudad, Calle Cruzada, que en rueda de prensa aseguró que «la situación estuvo controlada en todo momento ya que los pastores iban guiando el ganado». «Siete toros corriendo por las calles de Cádiz no es tener la situación controlada. Los toros iban corriendo en manada por las calles a toda velocidad», responde indignada.

«Los daños físicos no tienen importancia en comparación con el susto que hemos vivido mi familia y yo». De hecho, la hija de Francisca vive en el bajo de la misma finca de su madre. «En el momento del susto, mi hija y mi yerno estaban dormidos porque salieron hasta tarde, pero se despertaron con mis gritos. Se han asustado mucho».

Y es que después del susto Francisca se puso «muy nerviosa». «Tanto que me puse a despotricar de todos los responsables del rodaje de la película. No hay derecho, no hay derecho...».

A pesar del susto vivido, Francisca Portilla se alegra de que no se hayan producido daños mayores. «Podía haber ocurrido algo mucho peor. Esto ha sido un verdadero milagro».