El autobús
Actualizado: GuardarCádiz está donde está y el Cádiz está donde se merece estar. Hay que ser sinceros, no es que Castellón o Valladolid estén lejos, lo que está lejos es Cádiz. Cualquier desplazamiento desde aquí se hace eterno y, aunque haya formas de movernos más rápidamente, eso depende mucho de las posibilidades monetarias, y de la dificultad de movilizar un grupo numeroso. El Cádiz por ambas razones tiene que viajar la mayoría de las veces en autobús, como hacen la mayoría de equipos de Segunda, pues no creo yo que Numancia o Girona, por poner un ejemplo, tengan aviones privados. Eso entra dentro del sueldo de los futbolistas, aunque entiendo que a ellos les gustaría ir a todos lados en avión. Si cada vez que el Cádiz hace un desplazamiento largo hacemos el ridículo, muy fea se va a poner la cosa. Aunque sigo pensando que todo esto es una cortina de humo. Durante toda la semana se ha estado hablando más del dichoso autobús que de la necesidad de sacar resultados positivos en estos dos desplazamientos consecutivos, para no encajarnos en el furgón de cola. Y la primera en la frente, nos humilla un filial que con haberle puesto el autobús en la puerta seguro que algo nos hubiésemos traído. El primero en decir la verdad ha sido el señor Peguero: «Así no se puede ir por Segunda». Un Cádiz que excepto la primera parte contra el Betis no tiene agresividad, ni ambición. Encabezonado en jugar con futbolistas que no están para hacerlo, o sacando de titulares a hombres que llevan varias semanas sin ir ni al banquillo. Un descontrol. Pero nada, aquí nadie dice nada, con ese conformismo que rodea todo lo que sucede en esta ciudad, se prefiere ser políticamente correcto antes que señalar a alguien como culpable. Y se le echa la culpa al campo, al viento o en este caso a un autobús, cualquier cosa antes que ser el malaje que dice lo que piensa aunque no guste. Pues nada hijo, a seguir así.