La cirujana Pilar Vela es la coordinadora de la nueva unidad hospitalaria. /G. BARNUEVO
Sociedad

Vizcaya, pionera en el tratamiento del pie diabético

La unidad del hospital de Cruces prevé reducir las amputaciones en un 70%

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La doctora Pilar Vela, cirujano vascular del hospital vizcaíno de Cruces, es la coordinadora de la primera unidad específica para el pie diabético que se crea en España, con el objetivo de salvar el 70% de los miembros inferiores que ahora se mutilan.

El pie del paciente diabético es muy sensible a cualquier tipo de traumatismo, por mínimo que sea. En concreto, el talón y las prominencias óseas resultan especialmente vulnerables. Además, las lesiones no suelen provocar dolor debido a la pérdida de sensibilidad protectora que acarrea la enfermedad, con lo cual las heridas se agravan antes de que el enfermo pida ayuda. Así, cuando acude a un especialista la única solución es la mutilación para evitar una gangrena.

Las cifras cantan. Según datos de la Sociedad de Angiología y Cirugía Vascular, en 1999 se practicaron en España un total de 1.500 amputaciones. Ocho años más tarde, en 2007, fueron 3.600 los españoles que perdieron un miembro inferior. En ambos casos, el 60% de las intervenciones se realizaron a pacientes diabéticos.

Todas las proyecciones sobre la evolución de la enfermedad dibujan un espectacular aumento de los pacientes en los próximos años. Por ello, los especialistas de Cruces han visto la necesidad de ofrecer una atención integral a los diabéticos a través de una unidad específica que se articula con personal sanitario de tres servicios diferentes. Según detalla Pilar Vela, el hospital de día de Endocrino se convierte en el primer lugar de referencia para el diabético con complicaciones en el pie. Su función es controlar los factores de riesgo y la educación de los pacientes en la prevención.

Por falta de riego

La especialista explica que la mayoría de las amputaciones son, de un tiempo a esta parte, consecuencia de una arteriopatía o falta de riesgo. Por ello, en cuanto aparecen úlceras, arteriopatías o infecciones se activa un equipo de Cirugía Vascular. «Nada más recibir al enfermo, se le limpia la lesión, se toman cultivos y se inicia un tratamiento antibiótico. Si la situación lo requiere, se realiza también una arteriografía. Punzamos una arteria para inyectar contraste y conocer el estado vascular de la extremidad. Esta prueba diagnóstica sirve también de tratamiento, ya que dilata la vena y permite restaurar el flujo sanguíneo. En el caso de que esta intervención falle, realizamos un bypass con cirugía abierta en el plazo máximo de 48 horas».

La especialista destaca la novedad que supone «la revascularización precoz», para facilitar la circulación, mediante técnicas endovasculares que son menos invasivas que las clásicas. «Este planteamiento ya se ha implantado con éxito en algunos países de Europa, pero no en España. Que nosotros sepamos, Cruces es un hospital pionero en llevar a cabo esta vía de tratamiento».

Una vez que se ha llevado a cabo la revascularización del paciente, entra en juego la tercera y última pata de esta nueva unidad:el servicio de hospitalización a domicilio. «Su objetivo es controlar la evolución de las heridas y servir de enlace entre el hospital y el médico de atención primaria para prevenir futuras complicaciones», aclara la doctora.