TRIBUNA LIBRE

Lo que no 'pue sé', no 'pue sé'

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Si de algo presumimos y nos llenamos la boca diciéndolo es el «yo soy realista», «la vida es así», «esto es lo que hay». Intentamos convencernos y convencer a los demás de que tenemos «dos dedos de frente» y estamos en nuestros cabales, aún cuando insistiendo en «nuestra realidad» la mayoría nos quedamos ahí, inmovilizados, deprimidos, frustrados, impotentes y para justificarnos añadimos la famosa frase de Guerrita, «Lo que no pue sé no pue sé y ademá es imposible». Ea, ¡y nos quedamos tan panchos!

Ya hemos asumido que la realidad es como es, y que hay muy poco o nada que podamos hacer para cambiarla. Y además, ¡no es culpa nuestra!. Los utópicos, irrealistas, positivos, no tienen los pies en la tierra, están en el «nirvana» y no quieren ver que «lo que es, es y lo que no pue, no pue sé». ¡Pues tienen toda la razón! Sin embargo yo creo que lo que es, es, pero quizá pueda hacerse algo para cambiarlo. Depende de si creo que puedo o que no. Esta es la base de todo.

Depende de que deje de atender y repetir esa «realidad» y vaya más allá, con mis pensamientos y sentimientos de lo que quiero o busco que sea. Así podré atraer algo diferente. Es la ley. Tenemos la libertad y el poder de elegir nuestras creencias y percepciones. Nosotros no podemos elegir por otro, ni para otro, ni las circunstancias externas, pero sí los pensamientos, percepción, reacción y actitud al respecto.

En nuestras mentes solamente mandamos nosotros y aunque parezca que nuestros pensamientos nos piensan, podemos seleccionar los que queremos que «aniden» allí.

Así lo han hecho, desde tiempo de las cavernas, los que no se han conformado ni parado en la «realidad» del momento. Pensaron diferente, imaginaron la realidad que querían ver y vivir y ¡creyeron que podían!. La mayoría tuvo que pagar un alto precio por su sueño, por su inconformismo, por su valentía, pero al final todos les dimos la razón, ahora lo creemos, lo seguimos y nos beneficiamos. Decidamos, entonces: Si lo que estamos viviendo queremos mantenerlo solo tenemos que seguir prestándole atención, dándole energía mental, verbal y emocional y lo conservaremos.

Si elegimos experimentar otras vivencias, otras realidades, cambiemos el enfoque, cambiemos nuestras creencias y con ello cambiarán nuestros sentimientos y acciones y, al final, otra «realidad» será posible: Lo que pue sé, pue sé, y además es posible.