Ciudades tan populosas como Sao Paulo se quedaron a oscuras, sin medios de transporte, ascensores ni teléfonos a causa del apagón. / AP
MUNDO

El masivo apagón devuelve las dudas al coloso brasileño

El corte, que afectó a 50 millones de personas, pone en entredicho la fiabilidad del sistema energético del país carioca

RÍO DE JANEIRO Actualizado: Guardar
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La alarma ha saltado en Brasil tras el apagón sin precedentes que dejó sin energía eléctrica a 18 estados brasileños y prácticamente a todo Paraguay. Autoridades de ambos países descartaron de plano un sabotaje y explicaron que el corte, que afectó al menos a 50 millones de suramericanos, fue consecuencia de una desconexión de tres líneas que unen la central hidroeléctrica binacional de Itaipú, una de las más grandes del mundo, con distintos puntos del sudoeste brasileño.

El incidente, sin embargo, ha despertado las dudas acerca de la fiabilidad de las infraestructuras energéticas brasileñas, por lo que el presidente Lula ha convocado a su ministro del ramo, Edison Lobao, a una reunión urgente para que dé explicaciones. «No tuvimos falta de generación de energía. Tuvimos un problema en la línea de transmisión, pero no detectamos el origen de la anomalía», señaló el mandatario.

Lula respondía así a los temores de que la interrupción del suministro podría significar una nueva crisis energética como la de 2001. Entonces los brasileños sufrieron cortes de luz de hasta cinco horas diarias, se redujo en un 35% la iluminación de las ciudades y se prohibió el fútbol nocturno. Lula aclaró que «era importante no hacer hipótesis sobre el apagón, porque hace ocho años no se producía energía suficiente y la gente no disponía de un sistema de líneas interconectadas».

Según el Ministerio de Minas y Energía de Brasil, el apagón coincidió con condiciones meteorológicas adversas en el estado de Paraná, lo que pudo haber provocado el incidente. A su juicio, vientos y lluvias fuertes pudieron causar la masiva interrupción del suministro. Algunos expertos en energía se han cuestionado si una tormenta podría causar un apagón de tales proporciones en dos países, mientras la oposición acusaba al Gobierno de Brasilia de negligencia en el mantenimiento de las líneas de conducción.

«Efecto dominó»

La firma que gestiona el complejo de Itaipú ratificó que el fallo no estuvo en las 18 turbinas de la gigantesca represa situada sobre el río Paraná, en el límite entre Paraguay y Brasil, sino en el sistema interconectado en territorio brasileño. La firma binacional interpretó que el accidente desató un «efecto dominó» que bloqueó el funcionamiento del sistema. En cualquier caso, el presidente de la compañía, Jorge Samek, admitió que es la primera vez que ocurre que las turbinas se desconectan de las conducciones.

Lo cierto es que el sorpresivo corte, que se registró después de las nueve de la noche en Paraguay y una hora más tarde en Brasil, dio lugar a escenas propias de una película del género de catástrofes. En centenares de ciudades brasileñas las señales de tráfico se apagaron y los trenes y metros dejaron de funcionar, incluso entre estaciones, obligando a los pasajeros a descender en túneles o en las vías.

Los aeropuertos suspendieron la actividad y hubo demoras en las conexiones aéreas por la caída en el sistema informático. Con altas temperaturas, los pasajeros debieron aguardar en salones sin aire acondicionado. Las calles y tiendas quedaron a oscuras, lo que provocó el pánico de muchos por temor a asaltos y otros ataques.

Decenas de ciudadanos quedaron atrapados en ascensores, y hubo cortes de suministro de agua que aún persisten en algunos puntos, incluidas escuelas y hospitales. En ese caos, el sistema de telefonía móvil dejó de operar. «Disculpe, el sistema no está disponible», informaban las operadoras. Las torres de telefonía tienen batería para dos horas de funcionamiento sin electricidad, pero el corte se prolongó hasta después de las 3.15 de la madrugada.

Los estados brasileños que quedaron completamente a oscuras fueron los más grandes. En Paraguay, que se abastece del mismo sistema, el corte alcanzó a casi todo el país, pero la normalización llegó antes. La falta de luz fue de apenas media hora. En cambio en Río, elegida sede de los Juegos Olímpicos de 2016, la ciudad entera se quedó a oscuras. Las autoridades enviaron soldados de Operaciones Especiales para garantizar la seguridad.