El duelo entre Aoyama y Simoncelli marca la última batalla

El italiano Valentino Rossi (Yamaha YZR M 1) y el español Julián Simón (Aprilia) llegan este fin de semana a Valencia con todos los deberes hechos y con el único objetivo de disfrutar de sus respectivos títulos mundiales, en tanto que el japonés Hiroshi Aoyama (Honda) tendrá que sufrir hasta la última vuelta con el italiano Marco Simoncelli (Gilera).

Todo está a favor del piloto nipón, que acumula una ventaja de 21 puntos respecto a Simoncelli, vigente campeón del mundo y el único que matemáticamente le puede amargar su primer título mundial del cuarto de litro, el último de esta categoría ya que en 2010 será sustituida por la nueva Moto2. Las estadísticas del japonés le hacen claro favorito, pues tan solo necesita cinco puntos para proclamarse campeón del mundo –en caso de empate se haría con el título Simoncelli por mayor número de victorias a lo largo de la temporada–, ya que es el único piloto junto a Héctor Barberá (Aprilia) que ha conseguido puntuar en todos los grandes premios.

El peor resultado de Hiroshi Aoyama en el campeonato 2009 que va concluir en el Ricardo Tormo de Valencia se produjo en el circuito francés de Le Mans, donde sólo pudo ser octavo, aunque en Australia, hace apenas unas semanas en Phillip Island, se clasificó séptimo, pero su trayectoria está fuera de toda duda.

No puede decir lo mismo el actual campeón del mundo, Marco Simoncelli, quien ha protagonizado una temporada muy irregular, dejando de puntuar en cuatro carreras. En las dos primeras, Qatar y Japón, fue la convalecencia de su lesión practicando motocross, pero los errores llegaron con la presión de la temporada en Cataluña y San Marino, lo que sin ningún género de dudas le ha alejado de la reedición de su entorchado, entregándoselo casi en bandeja a un muy regular y experimentado rival como es Aoyama. Si bien Aoyama y Simoncelli serán los protagonistas en su lucha por el título mundial en la última carrera de la temporada, habrá un número importante de pilotos españoles que buscarán resarcirse en casa.