Garzón confirma la prisión para Otegi y el resto de dirigentes 'abertzales'
Alega que los registros y escuchas fueron legales y asegura que hay pruebas de que Bateragune sigue órdenes de ETA
MADRID Actualizado: GuardarEl juez Baltasar Garzón ha confirmado el encarcelamiento de los cinco líderes 'abertzales' detenidos el pasado 13 de octubre acusados de intentar reconstruir la dirección de la ilegalizada Batasuna a través de la marca Bateragune, entre ellos el ex portavoz de la coalición Arnaldo Otegi y el ex secretario general de sindicato LAB, Rafael Díez Usabiaga. El instructor rechaza de plano los recursos contra las órdenes de prisión y recuerda que hay pruebas suficientes de que los dirigentes independentistas trabajaban para ETA.
Garzón -que el pasado 16 de octubre dictó prisión incondicional para Otegi, Díez y Miren Zabaleta, Arkaitz Rodríguez y Sonia Jacinto- defiende la legalidad de la investigación y asegura que todos los registros e intervenciones telefónicas estaban justificados porque había «evidencias e indicios claros y contundentes» de que los cabecillas 'abertzales' estaban intentado refundar Batasuna.
Igualmente, recuerda que toda la documentación remitida por Francia y que obra en la causa fue entregada legalmente, «de acuerdo con las normas de cooperación» y el convenio de asistencia judicial penal mutua. En particular, se refiere a los 'papeles' incautados al etarra Ekaitz Sirvent en abril de 2009 y que desvelaban la existencia de una «una alianza estratégica nacional que colaborara en la presión para forzar al Estado español a asumir un nuevo proceso de negociación» a través de Bateragune.
Como ya hiciera cuando encarceló a los sospechosos, el instructor niega de manera tajante que estos arrestos, que se hicieron «con todas las garantías», «tengan nada que ver con la actividad pública o política de los detenidos», sino con la decisión de los acusados de «pertenecer a un órgano creado, desarrollado y dirigido por la organización terrorista ETA», en referencia a Bateragune.
El juez insiste en que la prisión preventiva de los cinco acusados era «necesaria» y lo sigue siendo porque todos ellos «siguen las instrucciones de la organización terrorista» y participan «conscientemente» de esa «instrumentalización» por parte de la banda.
Además, el instructor anuncia que mantendrá en secreto buena parte de la causa y desprecia el argumento de los abogados de los acusados de que Batasuna, según el grupo de trabajo de la ONU, no es una banda terrorista. Recuerda que hay «elementos suficientes» que «avalan» que la coalición clandestina es parte de ETA, pruebas que la ONU «al parecer, desconoce».
En el auto en el que el instructor mandó a la cárcel a los dirigentes 'abertzales' les acusó de intentar restablecer una «nueva Batasuna» después del «desmantelamiento organizativo» que había sufrido la formación ilegal tras últimos golpes policiales y judiciales de los dos últimos años. Utilizaban la sede central del sindicato LAB en San Sebastián para marcar los objetivos «políticos-militares» a seguir. Una estrategia, según Garzón, autorizada por la dirección etarra.
Garzón, en su escrito, formulaba una acusación muy específica a Otegi, al que considera el máximo responsable de la nueva organización y que tenía, entre sus funciones, «conseguir treguas encubiertas».