ESPAÑA

Amnistia Internacional denuncia la impunidad de los malos tratos policiales

MADRID Actualizado: Guardar
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Amnistía Internacional (AI) criticó ayer la desidia de las autoridades gubernamentales y judiciales españolas a la hora de investigar las denuncias por malos tratos policiales. El informe 'España: sal en la herida. Impunidad policial dos años después' asegura que el Ministerio del Interior, a pesar de las recomendaciones de Amnistía, el Consejo de Europa o la ONU, no ha hecho nada por mejorar los mecanismos de investigación de las denuncias de vejaciones a manos de los agentes de las fuerzas y cuerpos de seguridad.

Para Amnistía hay un dato clave: de los 75 casos analizados de denuncias a funcionarios policiales, sólo cuatro llegaron a condenas. El 66% de las causas ni siquiera llegó a vista oral porque, en la mayoría de los casos, fueron sobreseídas a petición de la Fiscalía. El problema principal, entiende Amnistía Internacional, es que dos años después de su último informe sobre la impunidad policial «las autoridades españolas continúan sin adoptar las medidas necesarias para reformar el actual sistema de investigación de denuncias de graves violaciones de derechos humanos por parte de agentes encargados de hacer cumplir la ley, a fin de que sean conformes a las normas internacionales de independencia, imparcialidad y rigurosidad».

La consecuencia de esta negativa a modificar el sistema es que la investigación de casos suele estar a cargo de las unidades que han sido denunciadas y son enjuiciadas por tribunales que trabajan a diario con estos funcionarios y con la única información que proporcionan estos agentes. Ante esta perspectiva, AI, una vez más, reclama a Interior la puesta en marcha de un órgano de ámbito nacional «para la prevención de la tortura» y recuerda que España se comprometió a crearlo al firmar hace tres años el Protocolo Facultativo de la Convención contra la Tortura de Naciones Unidas.

El presidente de AI España, Esteban Beltrán, recordó que «la investigación y la sanción de la tortura policial siguen siendo un agujero negro que es la impunidad».