«Un partido, no varios; un líder, no varios»

El ex presidente José María Aznar no aludió de forma explícita al delicado momento que vive el PP, pero se le entendió todo lo que dijo entre líneas. El ex jefe del Gobierno ofreció una conferencia en el Círculo Ecuestre de Barcelona y afirmó de modo rotundo que para preservar la unidad de una formación política se requiere «un partido, y no varios, un proyecto, y no varios, y si es posible un líder, no varios».

Recordó que éste fue el consejo que dio al hoy presidente francés, Nicolas Sarkozy, durante el acto fundacional de su partido, Unión por un Movimiento Popular. Aznar no quiso abundar más, salvo para decir que en un partido político los liderazgos «son necesarios». Unas palabras que muchos de los asistentes al coloquio posterior a la conferencia entendieron como una evidente alusión a Mariano Rajoy. «La conjunción de estas tres cosas a mí me dio resultado», dijo Aznar, en referencia a la apelación a la unidad.

Otro que también mostró su malestar con la situación fue el presidente de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, un dirigente moderado y que no se suele significar por sus críticas a la situación interna del PP, pero que ha explotado por la trifulca entre Esperanza Aguirre y Alberto Ruiz-Gallardón.

El presidente autonómico, por medio del portavoz de la Junta de Castilla y León, José Antonio de Santiago, señaló que «si eso (la disputa en Madrid) no se soluciona pronto, que no cuenten con él (con Herrera), que no cuenten con nosotros en 2011» para las elecciones autonómicas de ese año.

De Santiago aseguró que el presidente castellano-leonés está «cansado» de los enfrentamientos entre los dos «brillantes» líderes del PP de Madrid, y ese sentimiento se empieza a extender «a todos». «Estamos hartos de que se miren tanto el ombligo», indicó que el portavoz del Gobierno regional, quien precisó que el hartazgo no es sólo del Ejecutivo de Castilla y León, sino también de «los militantes, simpatizantes y votantes del PP», que lo que quieren es que «gobernemos y solucionemos los problemas». Para De Santiago, es inútil y estéril enredarse en «guerrillas internas».