Más de tres puntos
Actualizado: GuardarEn contra de lo que dice la simple aritmética e, incluso, a pesar de las conclusiones de la lógica formal, los números que figuran en la tabla clasificatoria poseen valores y significados diferentes para cada uno de los equipos. Tanto los que reflejan los puntos como los que indican los goles a favor o en contra encierran unos coeficientes relativos y unas resonancias afectivas muy distintas para sus respectivos aficionados y, por supuesto, para los futbolistas; por eso, a veces, afirmamos que en un partido se juegan más de tres puntos. Ésta es la razón por la que, por ejemplo, los equipos cuyas aspiraciones se limitan a evitar el descenso de categoría afirman que juegan su particular liga con los conjuntos que están próximos, inmediatamente por encima o por debajo de ellos. En la vida extradeportiva nos ocurre igual: valoramos los objetos, los episodios y las personas cercanas, además de por sus cualidades objetivas, por la distancia efectiva que guardan con nosotros; pero, también es verdad que la proximidad genera rivalidad. Nos resultan ya demasiado repetidas las alusiones a la importancia de los derbis locales o provinciales, y todos sabemos que la rivalidad fraternal es uno de los tópicos más antiguos de la humanidad. Las primeras historias en la Biblia tratan de la rivalidad entre los dos hermanos. Con la elemental reflexión que iniciamos esta columna pretendemos justificar la singular importancia que le hemos concedido a los tres puntos logrados frente a la Real Unión y a los goles que han marcado Ogbeche y Fran Cortés. Si el triunfo hace que contemplemos el horizonte futuro más despejado, los tantos y el juego de estos profesionales nos infunden esa tranquilidad, meta de esta temporada. Esperemos que en Castellón se consoliden estas gratificantes sensaciones y todos nos alejemos de las inestables y turbulentas aguas de los comentarios demasiado apasionados.