Derumbe mortal

Las impresionantes imágenes del edificio de tres plantas convertido en una montaña de escombros de seis metros de altura dan idea del alcance de la catástrofe que llevó ayer el luto al centro de Palma de Mallorca, al cobrarse la vida de al menos siete personas y herir de gravedad a otras dos. El hundimiento repentino de una construcción que con 50 años de vida útil debería haber ofrecido abrigo seguro a sus inquilinos suscita graves incógnitas. El hecho de que los servicios técnicos descartaran la hipótesis de un escape de gas amplía las eventuales causas que pudieron quebrar los cimientos del edificio sin ofrecer a los damnificados ni la más mínima oportunidad de ponerse a salvo. El suceso obliga a reflexionar sobre las razones por las grietas denunciadas por los vecinos no llegaron a activar los servicios de inspección municipal que podrían haber reforzado la estructura o declarado el edificio en ruinas.