La Intifada reaparece nueve años después en Jerusalén con una veintena de heridos
Durante los disturbios ocurridos en la Explanada de las Mezquitas fue detenido un asesor presidencial palestino
CORRESPONSAL. JERUSALÉN Actualizado: GuardarJerusalén es una ciudad en permanente tensión, donde todo está a punto de explotar en cualquier momento, aunque los disturbios acaban produciéndose cuando ya nadie los espera. Siguiendo la costumbre, los enfrentamientos entre israelíes y palestinos estallaban ayer en el entorno de la Explanada de las Mezquitas dejando al menos una veintena de heridos entre ambos bandos, todo ello como consecuencia de las provocaciones mutuas que unos y otros se lanzaron hace tres semanas. El incidente se saldó también con 21 detenciones, entre ellas la de Hatem Abdel Kader, asesor presidencial palestino para Asuntos de Jerusalén.
Se cumplía entonces el noveno aniversario de la declaración palestina de la Segunda Intifada, cuando un grupo de turistas franceses, -judíos extremistas según los árabes-, accedió fuertemente escoltado por agentes de la Seguridad israelí al entono de la mezquita de Al-Aqsa, tercer santuario del islam y conocido como la hectárea más explosiva de la Tierra. El suceso fue interpretado por los palestinos como una provocación, que dio lugar a un cierre absoluto de la Ciudad Vieja de Jerusalén durante cinco días, con el registro de numerosas incidencias entre tanto, y que, al cabo, desembocaba el sábado en combates callejeros de baja intensidad, pero que ayer se complicaban en una verdadera batalla campal.
La excusa que incendió la jornada remitía ayer al llamamiento por parte de grupos musulmanes a la consigna de «proteger Al-Aqsa». La alerta se emitía en base a rumores acerca de la intención de extremistas judíos de ultraderecha pertenecientes a la organización Eretz Israel Shelan, que celebraban un congreso con la consigna de «subir en orden» hacia la Explanada de las Mezquitas. «El pueblo judío debe dirigirse al Muro de las Lamentaciones y al Monte del Templo para que ese sitio se convierta en un lugar de paz y serenidad y no de odio y terrorismo contra el mundo entero», era el mandato del dirigente de ese movimiento, Yehuda Glick.
De acuerdo con la versión israelí, los incidentes comenzaron a primera hora de la mañana cuando un grupo de palestinos que se encontraba en el recinto arrojó piedras, aceite y cócteles molotov contra agentes judíos, desplegados en los alrededores en mayor número del habitual en virtud de un decretado estado de alerta. La Policía cargó contra los manifestantes en dos ocasiones y, según testigos citados por la agencia palestina independiente Maan, los policías dispararon balas de goma y gases lacrimógenos para dispersar la protesta.
Hasta 7.000 policías israelíes participaron en el operativo para impedir la protesta de los manifestantes palestinos, lo que disparó la tensión a los niveles de la anterior espiral de violencia de hace tres semanas.