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La participación de un líder ultra en la BBC desata la polémica en Reino Unido
El representante del BNP, Nick Griffin, denunció que la televisión alteró el formato del programa para ser linchado
CORRESPONSAL. LONDRES Actualizado: GuardarNick Griffin, líder del Partido Nacional Británico (BNP), denunció ayer el sesgo de la televisión pública, BBC, y pidió ser invitado de nuevo a uno de sus programas políticos con más audiencia, Question Time, en el que participó por primera vez en la noche del jueves, con disturbios callejeros ante su sede y el telón de fondo de una polémica nacional. Question Time (Tiempo de preguntas) era el programa estrella de la política británica cuando las cámaras no podían filmar los debates en el Parlamento. Desde que las sesiones son televisadas -incluso por un canal parlamentario que se ofrece a suscriptores de cable o satélite- ha perdido parte de su vigencia. Pero el formato es el mismo.
Un panel formado por políticos de los tres principales partidos, con algún invitado adicional del mundo de la cultura, de la economía o de la vida social, comparece ante una audiencia, en diferentes ciudades del país, y responde a sus preguntas. Se desarrolla un breve debate en torno a las respuestas entre políticos y público.
La BBC anunció hace unas semanas que iba a invitar al líder del BNP. El director de la radiotelevisión pública, Mark Thompson, justificó la invitación con el argumento de que el partido es legal y ha superado el umbral electoral que hace inevitable la invitación. La decisión causó polémica porque el BNP es visto como un partido fascista.
Sus estatutos restringen la afiliación a «indígenas caucasianos», mantiene relaciones con grupos racistas y fascistas de Europa y EE UU, se le considera promotor de disturbios, es ambigüo en torno a Hitler o el Holocausto. Y su líder, Griffin, ha argumentado que el partido debe camuflar algunas creencias para ganar votos.
Tras las elecciones municipales de 2008, tiene entre 50 y 60 concejales y el propio Griffin fue elegido eurodiputado, junto a uno de sus colegas, en las últimas elecciones europeas. Aunque en los comicios europeos llegó a tener el 9% del voto -en el contexto de una alta abstención- y en elecciones municipales ha rondado el 20% en algunos distritos, el sistema mayoritario hace imposible que tenga diputados.
La BBC ha sido criticada por buscar el aumento de audiencias con su invitación a Griffin. Si ésa era la intención, el resultado fue un éxito. Porque ocho millones de espectadores se sentaron ante los televisores para ver un programa en el que el panel incluía a Jack Straw, que es el ministro de Justicia del Gobierno laborista.
Cambio de formato
Griffin denunció ayer con exactitud que la BBC alteró el formato del programa. En su versión habitual, los políticos han de responder a preguntas sobre asuntos variados de la actualidad que ellos no conocen y que los productores eligen entre las sugeridas por la audiencia. En la versión del jueves, casi todas las preguntas fueron sobre el BNP.
Una audiencia abrumadoramente hostil a Griffin criticó sus políticas y a su partido, llegando en algunos casos al insulto. Un miembro de la audiencia hizo un juego de palabras con el nombre de pila de Griffin, Nick, al que llamó dick, pene. Los productores del programa, que se transmite en diferido, no censuraron esa referencia.
Los únicos aplausos para Griffin procedieron de un sector de la audiencia que simpatizó con su afirmación de que la religión musulmana es ajena a los británicos por tratar a las mujeres como seres de segunda clase, justificar la violación y no respetar la democracia. Los musulmanes, dijo Griffin, deben aceptar la tradición británica y cristiana.
Panelistas y audiencia se turnaron en denunciar que los británicos condenan al BNP. Políticos e invitados consideraron que el programa había servido como escrutinio de Griffin. El líder fascista se quejó del sesgo de la BBC -«una institución ultraizquierdista absolutamente desagradable», dijo- y pidió que le inviten de nuevo.