Reunión del Comité de Empresa GM con los representantes de Magna./ LA VOZ
Economia

Los sindicatos presionan a Magna y rechazan de nuevo su propuesta

Aseguran que «el acuerdo está aún muy lejos» y exigen al grupo austriaco-canadiense que aclare los despidos

MADRID Actualizado: Guardar
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Fumata negra. La reunión in extremis organizada ayer por el ministro de Industria, Miguel Sebastián, para tratar de que Magna y los sindicatos de Figueruelas firmaran la paz no dio sus frutos. Tras más de tres horas y media de tensa reunión bilateral, los representantes de los trabajadores de Opel se levantaron de la mesa.

«El acuerdo está aún muy lejos, el proceso sólo acaba de empezar», afirmó Luis Tejedor, secretario general de la federación del Metal de UGT de Aragón. Las cuatro jornadas de huelga convocadas en Figueruelas se mantienen.

Sebastián, en un incómodo papel de mediador, logró que ambas partes se vuelvan a sentar hoy a mediodía. Eso sí, con la presencia esta vez del ministro en la mesa. El argumento de los sindicatos para rechazar una vez más el plan de Magna es «la falta absoluta de concreción sobre el corto plazo, los despidos y la pervivencia o no de la nave de estampación», dijo Tejedor. La pelota ahora se sitúa en el tejado de Magna, a la que la negativa de los trabajadores le cuesta, según fuentes cercanas a la operación, unos cuatro millones de euros diarios.

«Tienen que distinguir lo urgente de lo necesario», apuntaron los sindicatos, que temen que Magna vacíe la planta zaragozana para dejarla incapaz de competir y de realizar los modelos prometidos para el futuro.

Mientras tanto, en Estados Unidos el presidente ejecutivo de General Motors, Fritz Henderson, se mostró optimista sobre la posibilidad de cerrar un acuerdo con Magna y las autoridades alemanas en esta misma semana. En declaraciones a la cadena CNBC, Henderson subrayó la oportunidad de la opción de Magna, toda vez que la filial europea de GM no tiene ningún otro novio.

Las facilidades para el grupo austriaco-canadiense dispuestas desde Berlín han levantado los recelos y las sospechas del resto de países con plantas de Opel. Una inquietud que ha terminado en manos de la comisaria europea de Competencia, Neelie Kroes, que ha expresado sus dudas sobre la legalidad de las ayudas de 4.500 millones ofrecidas a la operación Magna por el gabinete de Angela Merkel. Por ahora, y casi nadie inmerso en el proceso prevé mayores consecuencias, Bruselas se ha limitado a pedir más información a Alemania sobre ese apoyo financiero y Berlín, a ofrecerla.

ERE en Ford

Mientras en Madrid se discutía el futuro de Opel, los trabajadores de Ford en Almussafes aprobaban en asamblea dos cuestiones de importancia: un expediente de regulación de empleo (ERE) para 600 personas y un nuevo convenio colectivo para la planta, que estará vigente hasta 2013.

El ajuste será mediante salidas voluntarias con reingreso hasta 2012 para 400 operarios, a los que se sumarán otras 200 personas que saldrán de la factoría a través de prejubilaciones o bajas incentivadas.

El convenio, por su parte, prevé la conversión en indefinidos de 700 contratos temporales y vincula la subida salarial de la plantilla a la evolución de la inflación.