Sociedad

Una isla para la mayor colección de arte universal del planeta

BERLÍN Actualizado: Guardar
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Después de ser el epicentro de la tragedia alemana, Berlín ha dado está semana un nuevo paso para convertirse en una espléndida capital cultural, al inaugurar la canciller Angela Merkel oficialmente el Neues Museum, el antiguo y nuevo hogar de Nefertiti, uno de los cinco edificios de la legendaria Isla de los Museos.

La inauguración pone fin, por el momento, a un ambicioso plan para transformar Berlín en la orgullosa sede de una oferta cultural única en el continente, una idea que tuvo ya en su tiempo el rey prusiano Federico Guillermo IV, quien hace dos siglos decidió construir en una pequeña isla en el cauce del río Spree un conjunto de edificios que debían dar vida al «mayor museo de arte universal del planeta».

Gracias a un plan concebido hace más de una década, una avenida arqueológica unirá los distintos edificios de la Isla y permite al visitante hacer un recorrido por la historia universal del arte.

La 'avenida' aún está en construcción, pero las autoridades culturales de la ciudad ya completaron la renovación y reconstrucción de tres edificios de los museos de la Isla. En diciembre de 2001, abrió sus puertas al público la Alte Nationalgalerie, el Walhalla del arte como es conocido el museo, que alberga más de 500 cuadros y esculturas en su mayoría arte europeo del siglo XIX.

En octubre de 2006 le tocó el turno al espléndido Bode Museum, una elegante catedral del arte que abarca 15 siglos y alberga entre sus paredes una impresionante colección de esculturas medievales, barrocas y renacentistas, además de una colección de piezas bizantinas.

Homenaje a un mecenas

El famoso Museo de Pérgamo está siendo restaurado y en 2012 quedará terminado el edificio más antiguo del complejo, el Altes Museum. Mientras le llega ese momento, se construye uno nuevo, la galería James Simon, que se convertirá en el majestuoso centro de recepción de la Isla y el arranque de la avenida arqueológica. Este centro también pretende rendir un tardío homenaje a James Simón, un rico empresario judío alemán, a quien la ciudad y todo el país le debe un regalo excepcional que hizo a la Isla de los Museos en 1913: el busto de Nefertiti y una espléndida colección privada de reliquias egipcias.