Problemas de agenda
Actualizado: GuardarSupongo que cuando eres príncipe de Preslav (por favor, que alguien me lo sitúe en el mapa... Gracias), decir que te separas de la parienta por tema de cuernos o mal rollo debe de resultar, por más que uno sea búlgaro, una absoluta vulgaridad. Por eso la explicación a la separación (de hecho) de Kyril de Bulgaria y Rosario Nadal no hay que buscarla, según la versión oficial, en terceras personas, ni en la consabida incompatibilidad de caracteres, ni siquiera en el lógico desgaste de la pareja tras veinte años de matrimonio. No. La verdadera causa de esta ruptura, de momento temporal, está, según dicen, en la intensa agenda de ambos cónyuges. Concedo que hoy en día sin agenda no se va a ninguna parte, y que a veces por culpa de ella puedas desatender cuestiones primordiales como tomarte una cervecita con los amigos... Pero otorgarle a la agenda la capacidad de interponerse entre una pareja como si fuera la otra, la otra creo que es sobrevalorarla. Además, yo a los Preslav me los hacía llevando una vida de príncipes (que es lo que son) en Londres; venga de fiestas, de cenas benéficas y de guateques... Pero resulta que no. Que, según sus allegados, él vive esclavo de las finanzas y ella ha sucumbido al siempre cambiante y caprichoso mundo del arte. Saber que Rosario Nadal se separa por el arte es para helarse, desde luego. Pero yo empiezo a poner en duda esa versión oficial. Este verano, igual que los anteriores, he visto a Kyril y a Rosario en las playas de Mallorca y los dos lucían unos tipazos de los que no se consiguen metiendo horas en la oficina. La tableta de chocolate de Kyril, en concreto, requiere muchas sesiones de gimnasio. Y si uno va tanto al gym es que tiene mucho tiempo libre. O bien, que el poco tiempo libre que tiene prefiere pasarlo en la sala de 'fitness' que en el salón de su casa (mala señal). En fin, que lo que Dios ha unido no lo separe la pérfida agenda. Ni la tiránica vigorexia. Mejor fofos, pero unidos.