El organigrama de Batasuna, según la investigación del juez Baltasar Garzón./ Archivo
DOCUMENTACIÓN

Batasuna, el brazo político de ETA

Su vinculación con el entramado terrorista le valió su ilegalización en marzo de 2003

MADRID Actualizado: Guardar
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Fruto de la reconversión de la histórica Herri Batasuna (HB), en junio de 2001 nacía Batasuna, una nueva formación política de clara ideología nacionalista, cuyo objetivo principal era la creación de un estado socialista tras conseguir la autodeterminación y posterior independencia de Euskal Herria.

Compuesta inicialmente por miembros de HB y de un grupo minoritario de militantes de Abertzaleen Batasuna (AB), la plataforma electoral buscaba atraer a los independentistas que apoyaban la línea soberanista emprendida en el Pacto de Estella.

Pese a su publicitada vocación socialista, feminista y ecologista, la formación liderada por Arnaldo Otegi no tardó en seguir la línea de su predecesora y fue acusada de colaborar con ETA, lo que posteriormente le valió su ilegalización.

Así, en agosto de 2002 el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, decretó la suspensión total de sus actividades, la clausura de sus sedes y su página web, con la prohibición expresa de efectuar ningún acto político o de propaganda. Con la aprobación de la Ley de Partidos y de dicha suspensión, el Gobierno, respaldado por el resto de fuerzas políticas, presentó ante el Tribunal Supremo la demanda para su ilegalización. Del mismo modo obró la Fiscalía General.

Tras estudiar a fondo sendas demandas, en marzo de 2003, el Alto Tribunal resolvió unánimemente dictar sentencia por la que declaró válidas las demandas y se ilegalizó y disolvió, tras considerar probado que la creación de Batasuna fue un hecho instrumental por parte de ETA, y que formó parte de ella. Junto con Batasuna, quedaron ilegalizadas sus anteriores marcas electorales HB y EH.

Herri Batasuna

Herri Batasuna fue fundada en mayo de 1978 en la localidad navarra de Alsasua como sucesora de KAS, eje de la izquierda abertzale durante la Transición española, como coalición de diversos partidos políticos, asociaciones y organizaciones independientes, entre ellas ANV.

El programa político de HB asumía las reivindicaciones de KAS, es decir, el establecimiento de libertades democráticas, amnistía para los presos políticos, la adopción de medidas destinadas a mejorar las condiciones de vida de la clase obrera, el reconocimiento de la soberanía de Euskadi y la creación de un Gobierno provisional.

Su presencia en la vida política fue incrementándose notablemente hasta auparse como la tercera fuerza más votada en las elecciones generales de 1987. Paralelamente, su vinculación al entramado etarra ganaba fuerza y los partidos políticos, conscientes de la necesidad de erradicar el terrorismo, se unían en el Pacto de Ajuria-Enea.

Desde su nacimiento, se sucedieron numerosos intentos de ilegalizar la formación que era considerada por algunos sectores el brazo político de ETA. Esta situación, unida al posterior cierre por orden judicial del diario Egin colocó a Herri Batasuna al borde de la ilegalización.

En 1997, el juez Baltasar Garzón de la Audiencia Nacional ordenó la detención de los miembros de la Mesa Nacional, organo directivo de la formación, tras intentar difundir un vídeo hecho por la banda terrorista ETA en los espacios televisivos gratuitos adjudicados a los partidos políticos.

Euskal Herritarrok

Durante la tregua de ETA en 1998, HB decidió no participar en las elecciones autonómicas vascas, apareciendo como sustituta Euskal Herritarrok, que recogía tanto a los miembros de HB como a otros grupos menores.

Tan sólo un año después de su creación, su presencia en el Parlamento Vasco cobraba fuerza tras llegar a un pacto de Gobierno con PNV y EA, para investir a Juan José Ibarretxe, lehendakari. Meses después, la formación abertzale firmó un acuerdo de legislatura en la que renunciaba a la vía armada en beneficio de la política.

La ruptura de la tregua por parte de ETA supuso el fin del acuerdo parlamentario con EH que no condenó el posterior atentado y abandonó la Cámara Vasca en septiembre de 2000 anunciando que sólo volvería en "ocasiones puntuales" y dejando al gobierno PNV-EA en minoría parlamentaria, propiciando la dura campaña autonómica del 2001.