Universitarias completamente cubiertas. / AFP
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«¿Llevarías niqab si fueras guapa?»

El jeque de la universidad egipcia de Al-Azhar desata la ira de los radicales islámicos al prohibir el uso del velo

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«Si eres así y te pones el niqab, ¿qué harías si fueras guapa?». La cruel pregunta, dirigida por el mismísimo jeque de la Universidad de Al-Azhar, la institución más prestigiosa del islam suní, a una estudiante, no deja lugar a dudas sobre lo encendida que está la polémica en Egipto respecto al velo que cubre el rostro femenino. Y es que la proliferación de mujeres vestidas de negro de arriba abajo, con holgadas túnicas, guantes y niqab ha terminado de colmar la paciencia de Mohamed Sayed Tantaui, enemigo de una prenda que considera que nada tiene que ver con la religión islámica.

Durante una visita a algunas de las instalaciones educativas de Al-Azhar, Tantaui encomendó a una joven a quitarse el niqab, ya que «estás sentada con compañeras y por lo tanto no hay necesidad de llevar el velo». El clérigo explicó que se trata de una costumbre campesina, no religiosa, y que no hay por qué llevarlo para ser más piadosa.

Cuando la chica accedió, el jeque, encolerizado, le espetó que qué haría si realmente fuera guapa, ya que sin serlo se ponía el niqab, según publicó el diario Al Masri al Youm. «Yo sé más de religión que tú y tu padre», remató Tantaui y anunció que pensaba prohibir el uso del niqab en Al-Azhar.

Dicho y hecho. Desde hace unos días, las jóvenes que tapen su rostro serán vetadas de las residencias femeninas de estudiantes de la universidad, así como de las clases sólo de mujeres. Según el Consejo Supremo de Al-Azhar, la decisión pretende «divulgar la confianza, el respeto y el entendimiento correcto de la religión entre todas las chicas».

El más estricto

El niqab es una prenda asociada al wahabismo, la interpretación más estricta del islam que se predica fundamentalmente en países como Arabia Saudí y es cada vez más visible en la calles de El Cairo. Las mujeres que lo portan sólo dejan al descubierto los ojos, y a veces ni siquiera eso, ya que una versión aún más conservadora cubre la visión con otro fino velo negro semitransparente.

La decisión y las palabras de Tantaui han desatado la cólera de los islamistas más radicales, que han pedido su dimisión. Entre ellos, los Hermanos Musulmanes, el mayor grupo opositor egipcio, prohibido como institución, pero tolerado por el Gobierno. «Tantaui no puede seguir en el cargo; cada vez que dice algo daña a Al-Azhar», aseguró el diputado Hamdi Hassan, miembro de la hermandad. «Al-Azhar es una institución religiosa, no una academia de danza del vientre», puntualizó.

Tantaui es un viejo conocido de la polémica. Desde que fue nombrado gran imán de la mezquita de Al-Azhar y jeque de la universidad del mismo nombre en 1996 por el presidente Hosni Mubarak, se ha convertido en una de las voces religiosas más moderadas del país. Sus fatuas o edictos en contra de la ablación -«la circuncisión femenina no tiene nada que ver con la religión»- o de los terroristas suicidas -«no son sino enemigos del islam»- le han granjeado no pocos enemigos entre los egipcios más conservadores.

Algunas de las críticas apuntan a que el jeque no es sino un instrumento del Gobierno Mubarak para acallar a los extremistas, contra los que el régimen tiene abierta una guerra declarada.

Hushan Bahgat, de la Iniciativa egipcia para los derechos personales, considera que a menudo se confunde indumentaria conservadora con radicalismo, por lo que la prohibición del velo no hace sino «considerar a estas mujeres como extremistas», aseguró.

Conservadurismo religioso o tradición popular. Libertad individual o sumisión de la mujer. La polémica está servida.