Pérez, en el 'stand' de los restauradores de Conil. / Ó. CH.
PEDRO PÉREZ SEIJO AGRUPACIÓN DE JÓVENES RESTAURADORES DE CONIL

«A Conil sólo le falta un campo de golf y le sobra el botellón descontrolado»

El empresario denuncia la mala imagen que ofrece la movida, aunque

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Cuenta que hace 30 años, cuando empezaba a estudiar Hostelería, a los turistas se les llamaba en tono irónico guiris. Hoy estos extranjeros representan buena parte de su clientela de invierno, y la principal fuente de ingresos en los días laborables. Pedro Pérez ha servido a muchos de ellos a lo largo de estos años. Desde 1991 regenta el restaurante Cabo Roche de Conil, y junto a una veintena de empresarios forma la Agrupación de Jóvenes Restauradores de la localidad. Este domingo ofrecieron una degustación de los productos de la tierra en la Feria de Comercio y Turismo de La Janda.

-¿Cuál es el objetivo de Jóvenes Restauradores de Conil?

-El objetivo es atraer a turistas a Conil. Gracias a que estamos unidos, ningún restaurante destaca por encima de otro. Se trata de conseguir que vengan cuantas más personas mejor, y después que sean ellas las que elijan entre la variada oferta turística con la que cuenta la localidad.

-En la Feria son 21 los asociados, ¿cómo se consigue sortear la competencia?

-Llevamos muchos años unidos a través del Patronato. Somos amigos todos, a pesar de que cada uno tenga su negocio. Trabajamos para lo mismo, el turismo de Conil.

-Y el resto del año, ¿cómo vende la agrupación Conil?

-Hacemos varias actividades a lo largo del año. La semana del atún, concursos gastronómicos, premios turísticos, día del turismo. Cualquier motivo para juntarnos y promocionar nuestra gastronomía.

-Hoy termina la Feria, ¿para qué creen que ha servido?

-Es la primera vez, después de tres ediciones, que la Feria se ha celebrado aquí. Conil es un destino muy conocido en toda La Janda y muy representativo. Esperamos que esta feria haya servido para que empecemos a promocionarnos más al exterior, sobre todo a la Bahía.

-Pero, Conil ya es un referente turístico...

-Sí, es un referente turístico de La Janda, y dentro de la provincia es uno de los destinos más significativos. Tenemos 21.000 habitantes y en verano cuadruplicamos.

-Se acaba el verano y la mayoría de los negocios de restauración empieza a temblar.

-La verdad es que el invierno es muy crudo y tenemos que cerrar un mes. También por descanso del personal, ya que en temporada alta no se puede parar ni dar vacaciones ante tanto volumen de turistas.

-¿Recuerda sus primeros años en el sector?

-Sí, claro. Había sólo dos o tres hoteles. Hoy en día existen muchos establecimientos y varios de gran calidad. A los turistas le llamábamos guiris. Casi eran bichos raros para nosotros.

-Y ahora los guiris...

-Ahora los guiris nos solucionan varios meses del año. Sobre todo el turista alemán viene mucho por aquí en primavera y otoño.

-Chiclana es terreno de esos turistas.

-Sí, pero Conil es un entorno natural precioso. Tiene 14 kilómetros de playa. Y el que quiera jugar al golf sabe que tiene Chiclana a 5 minutos.

-Ellos tiene el golf, pero ustedes la gastronomía, por lo menos una asociación tan activa.

-La verdad es que con una buena comida se le gana a todo el mundo. Sí es cierto que el español disfruta más de la gastronomía. Los extranjeros no están acostumbrados a nuestros productos y les cuesta algo más.

-¿Hay en el pueblo suficiente oferta hotelera?

-Sí, y además está totalmente cubierta. La verdad es que en los últimos tres años ha crecido mucho y hay algunos hoteles de muy buena calidad.

-¿Qué le sobra?

-El botellón descontrolado. Las carpas de la movida dan muy mala imagen a los turistas. Es incompatible para el turismo. Hay que crear un centro de ocio ya.

-¿Y qué le falta?

-La verdad es que un campo de golf no vendría nada mal para la ciudad.

-¿A lo largo de estos años ha temido alguna vez por el negocio?

-La verdad es que el año pasado, con la crisis, estábamos todos muy preocupados. Subir cuesta poco, pero bajar mucho menos.