Negredo se marca el Mundial como «nuevo objetivo» su debut
ARMENIA Actualizado: GuardarÁlvaro Negredo cumplió ante Armenia el sueño de su vida, debutar con la selección española. El primer vallecano de la historia en estrenarse con la absoluta se marca el «Mundial» como un «nuevo reto» por cumplir. Con el mismo cariño y humildad con la que comenzaba a perfilarse como futbolista en el Rayo Vallecano, charla sin cansancio, recuerda cada detalle de un sueño cumplido. Con la sonrisa imborrable de su rostro repasa sus orígenes, su presente y el futuro. Desvela una imagen para el recuerdo. Una foto con Luis Cembranos en un día inolvidable en el que fue recogepelotas de la Roja.
El delantero vivió el sábado el momento «más bonito sin duda de lo que he vivido hasta ahora. No todo el mundo tiene la suerte de cumplir su sueño de infancia. Verte rodeado de tantas estrellas te hace no creértelo al principio, pero luego ves que es una realidad, un premio a las cosas bien hechas en mi corta carrera. Ojalá sea la primera de muchas».
Ahora reconoce que la llamada de Vicente del Bosque le cogió «por sorpresa. Me llamaron mientras estaba en una cena el martes en mi casa con amigos. Lo celebré de inmediato. Por la mañana me dijeron que no llamarían a nadie por Villa, pero fue Monchi quien me lo dijo tras las molestias de Guiza». El madrileño cuenta que el seleccionador no le había anticipado su estreno. «Me sentía más cerca por estar en el banquillo y cuando empezó la segunda parte me comentó el preparador físico que en diez minutos entraba. Empecé a sentir un gusanillo. Del Bosque me dijo que fuese yo mismo, que entrase fuerte porque el partido estaba duro, y tranquilo porque así podría brillar».
Recuerdos
Obviamente, en ese momento se le pasaron miles de cosas por la cabeza. «Al principio te emocionas, aunque luego sabes que has de tener la cabeza tranquila para evitar que te puedan los nervios», luego se acordó de sus «padres que siempre han estado junto a sus tres hijos, locos por el fútbol. Se han dejado la vida por llevarnos a entrenar. Mi padre es taxista y perdió muchas horas de trabajo por el miedo de dejarnos solos. Como podía se repartía con mi madre que nos acompañaba en autobús y lavaba la ropa hasta arriba de barro. Junto a ellos, mi novia y mis hermanos que como futbolistas siempre me dan buenos consejos. Sé de dónde vengo y agradezco el esfuerzo».