. Juan Alarcón, de la Asociación Amigos de Fermín Salvochea./ FRANCIS JIMÉNEZ
Sociedad

Salvochea, libre en la memoria

Personalidades del mundo de la cultura, la política, la universidad y la sociedad dan 102 razones para recordar al rebelde gaditano

CÁDIZ Actualizado: Guardar
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Salvochea, el ácrata, el intelectual, el revolucionario incombustible, el insurrecto federal, el alcalde de los pobres, el radical del cantón, el preso, el rebelde, el hombre y el símbolo... Más allá de sus razones ideológicas y de sus motivaciones políticas, Fermín Salvochea tiene un lugar en la historia de Cádiz por su condición de luchador incansable, que se distinguió públicamente en la defensa de sus ideales, y peleó sin descanso por la dignidad de los más desfavorecidos.

El Franquismo se dedicó obstinadamente a olvidarlo. Después, ya en la sacrosanta democracia, el sistema optó por darle la espalda sutilmente, sin demasiadas estridencia. Prohibido, ignorado, pero nunca olvidado, Salvochea cuenta ahora con el compromiso altruista de un grupo de gaditanos que se ha embarcado en la dura tarea de restituir su memoria.

El último fruto de ese largo empeño es 102 razones para recordar a Salvochea, un trabajo colectivo en el que historiadores, políticos, estudiantes, periodistas, artistas y personalidades de la sociedad gaditana en general regalan a los lectores sus particulares reflexiones sobre la obra del revolucionario.

«Queríamos hacer algo distinto para conmemorar los 102 años de la muerte de Salvochea, así que seleccionamos a 102 personas que pudieran tener algo que decir sobre su figura histórica, y a cada una de ellas le ofrecimos la posibilidad de elegir una cita importante de su pensamiento», explica Juan Alarcón, coordinador de la iniciativa. Para Carmen Chico, presidenta de la Asociación de Amigos de Fermín Salvochea, se trata de «un racimo de razones que queremos que sirva para seguir sembrando en la memoria de Cádiz las semillas del recuerdo de este gaditano universal, siempre vigente entre nosotros».

De Aido a Aragón

Bibiana Aido abre el fuego («por estricto orden alfabético»), con un artículo en el que recalca que Salvochea fue capaz de «acuñar un ideario que se había anticipado a muchas cuestiones que no se iban a plantear abiertamente durante el siglo XIX, pero que iban a marcar la agenda política del mundo durante el siguiente».

Sigue, en el estrato político, José Antonio Barroso, quien destaca la vigencia de un discurso que «encaja perfectamente con la idea de un sistema democrático estancado en las formas, incapaz de regenerarse y satisfacer el acceso a los derechos básicos de las personas».

También hay lugar para la poesía, aunque no siempre proceda desde ámbitos estrictamente literarios. El autor de Carnaval Juan Carlos Aragón, se dirige directamente a un hipotético lector: «Si quieres mantener la pureza, aléjate del poder. Y si te acercas a él, que sea para combatirlo, como hizo Fermín».

Escribe Pettenghi, Paco Arias, Chamizo, Pedro Castilla, Gerard Brey, Gutiérrez Molina, Modesto Barragán, Javier Osuna, Antonio Chico, Ana Barceló, Ramos Santana, Federico Pérez Peralta, o Juan José Téllez, quien resume así las enseñanzas de Salvochea: «A un lado y a otro del Atlántico, de norte a sur, el único enemigo de los débiles es la fuerza. Y el verdugo más frecuente, el del poder. Venga de donde venga».

dperez@lavozdigital.es