REFLEXIONES

Las razones del corazón

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Que conste en acta que ver los primeros partidos de Liga que está protagonizando el Xerez ha resultado algo descorazonador. Tanta ilusión depositada en una temporada para ver que a las primeras de cambio una mala planificación, una plantilla descompensada, una preparación física casi inexistente y un claro temor a la derrota que se transforma en una alejamiento progresiva de la victoria debilitan aún más al que más necesita.

En estos primeros partidos la sensación que ha dado el Xerez es que los partidos que podía ganar los ha empatado, los que podía empatar los ha perdido y los que en teoría debía perder ha caído goleado. Siempre un peldaño, o dos, por debajo de lo esperado, de lo deseado.

Casi quinientos minutos sin encontrar el camino del gol, goles en propia meta, expulsiones, fallos garrafales en ataque, pifias defensivas y siempre la misma imagen de los jugadores al finalizar los noventa minutos. Brazos caídos y cabeza gacha, excepto tras la visita al Santiago Bernabéu, donde todo se tomó como una fiesta.

Dicho esto, y viendo que la temporada va a ser todo lo dura que se esperaba, o más, huelga decir que ahora mismo el Xerez está a tres puntos del objetivo, y que da la sensación de que todo lo que venga debe mejorarse a poco que el equipo se conjunte más en los entrenamientos y complete a marchas forzadas esta larga pretemporada de la que todavía no ha salido. En algún momento volverá a verse la mejor versión de Momo, imperará el orden en un equipo hoy por hoy deslabazado y entrarán los goles, esos que tanto se han resistido en estas primeras jornadas.

Ese es el prisma de un xerecista positivo, ese es el prisma que un amigo ha querido inculcarme en estas horas bajas. Porque el corazón entiende de razones que la misma razón desconoce. Sólo prometo tener fe, pero no perder la razón.