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«Oír su voz ha sido suficiente»
Los captores dejaron hablar por teléfono a los pescadores con sus familias como prueba de vida
BILBAO Actualizado: Guardar«Me ha dicho que les están tratando bien, que los hombres están tranquilos y que están a la espera de que todo se solucione. Para nosotros ha sido suficiente escuchar su voz y saber que se encuentran bien». Los marineros del Alakrana se pusieron en contacto con sus familiares ayer por la mañana, por primera vez desde que el barco fuese asaltado a 400 millas de Somalía hace tres días.
Los pescadores apenas pudieron hablar tres minutos por teléfono con sus parientes, pero no hizo falta más. Era la llamada más esperada. Justo lo que querían oír todos sus familiares. «La verdad es que estamos un poco más tranquilos y aliviados», coincidieron los parientes de los tripulantes después de hablar con ellos.
Los piratas somalíes, una vez pudieron fondear el atunero frente a su refugio, cuando se sintieron seguros, autorizaron a los rehenes a llamar a sus seres queridos para ofrecerles una prueba directa de vida antes de negociar.
El patrón del Alakrana confirmó a su hija que les atacaron «con la red largada» y que no les dio tiempo a reaccionar. Cuando quisieron moverse ya los tenían encima. Ricardo Blach también quiso dejar claro que en el momento del ataque faenaban en aguas internacionales, «donde es legal pescar». Los familiares del marinero vizcaíno Juan Luis Vildosoloa confían en que «se pague el rescate, vengan a casa y se termine todo». Las llamadas realizadas ayer por la tripulación son interpretadas por los familiares como «un paso más» hacia la liberación del atunero.
Alakrana ha sido la palabra más repetida en las últimas horas en Bermeo. «Ya le mandábamos nosotros a la Chacón a pasar unos días en un atunero, pero con un tirachinas. A saber cómo lo están pasando. Nos los imaginamos muertos de miedo, como estaríamos nosotros si en nuestro tiempo nos hubiera tocado una así. Yo ya sé de uno que le ha comunicado a su empresa que nanai de la China de volver al Índico. Con eso te digo todo», comentaban cinco pescadores jubilados en el municipio.
«Mira, yo acabo de pararme a hablar con la madre de uno de ellos y dentro de lo que cabe estaba tranquila. Me ha comentado que iba a poner unas velas al cementerio y que estaba convencida de que todo se iba a resolver bien y pronto», explicaba otra vecina de la localidad.