Seis meses de reclusión en su domicilio y una presión que afecta a su salud mental y física
CÁDIZ Actualizado: GuardarLa mayoría de sus compañeros se sorprendieron ante la noticia de su detención y algunos ya han puesto la mano en el fuego por ella. Sin embargo, la presión puede con el apoyo que ha recibido especialmente de su entorno. María José Lebreros también ha caído en una profunda depresión e incluso su salud física se ha resentido. Ha perdido entre 10 y 15 kilos y le cuesta coger fuerzas para enfrentarse a lo que le queda. Divorciada y con una niña fue una gran sorpresa el anuncio del juzgado número uno de lo Contencioso de Cádiz que retrasaba hasta 2011 su juicio para solicitar el reingreso a su puesto de trabajo.
Vive prácticamente recluida en su piso y a la espera de novedades sin querer realizar manifestaciones a los medios de comunicación. Al igual que Clemente Ruiz tan sólo percibe los 600 euros de salario mínimo al haber sido suspendida de sueldo. Un procedimiento que el Ayuntamiento ha prolongado tras estos seis meses al entender que continúa estando implicada en un suceso que se encuentra bajo secreto de sumario.
Anímicamente está afectada ya que cuesta asimilar por todo lo que ha pasado durante este periodo, especialmente los días que pasó recluida en los calabozos de la Policía Nacional. Con lágrimas en los ojos salía del lugar tras declarar ante la jueza y lograr la libertad con cargos.
Continúa preparando su defensa aunque sin tener noticias sobre los avances de las investigaciones judiciales y policiales. De forma voluntaria entregó la llave de su domicilio para que la registraran al no tener nada que ocultar y ahora espera que los trámites se agilicen y poder respirar tranquila, algo complicado ya que la experiencia está siendo demasiado dura. Hasta la fecha no le ve fin. Al igual que Ruiz tiene miedo que tras este tiempo se hayan extraviados documentos que confirmaran su inocencia.