LA ESPINITA CLAVÁ

Jugando a ser periodista

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Dice Sam Savage que el periodismo es uno de esos oficios que resulta más bonito por fuera que por dentro. Que él una vez quiso ser periodista, lo probó unos meses y decidió que lo mejor que podía hacer era escribir, pero a su ritmo. Y le salió la historia de Firmin que le ha dado el éxito justo en la edad en la que otros piensan en jubilarse.

A mí me pasó lo mismo con la cirugía. Siempre creí interesante hacer un trasplante de corazón, pero no me dejaron intentarlo. Me puse los guantes, uno de esos gorros como los que usan en Anatomía de Grey, pero en la puerta del quirófano me pararon y me dijeron no sé qué de una carrera y algo llamado Mir.

Hace tiempo vengo pensando que casi todo el mundo opina de esta profesión porque es muy divertido ser periodista, sobre todo durante cinco minutos al día o durante cuatro meses en tu vida. Y así las belenesesteban y los quicosgranhermano y también cualquiera que gane un Planeta, un Nadal o un Roland Garros hablan de fuentes, off the record y titulares.

Una que sabe poco, poquísimo (cada vez menos), sigue pensando que esto es una carrera de fondo. Que da igual que tú consigas una buena exclusiva. Antes de que amanezca, nadie lo recordará. Y puedes pasarte una vida haciendo buenos trabajos, que logren cambiar el curso de la historia, que hagan temblar a los políticos, que arruinen reputaciones de estrellas de cine. Nada de eso importa al día suguiente, casi, ni a las horas siguientes. Cuando te levantes tienes que volver a patearte la calle y por regla general, no te espera ni una palmada ni un abrazo. Tal vez algún amigo diciéndote la suerte que tienes de tener un trabajo tan guay.