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El Atlético respira a costa del Zaragoza
El juvenil De Gea detuvo un penalti y salvó la cabeza de Abel ante un Zaragoza que inquietó más con Ewerthon (2-1)
MADRID Actualizado: GuardarNo se puede quejar esta vez el atenazado Atlético de mala suerte. Encarriló su primer triunfo de la temporada nada más empezar el choque y en una jugada casi de carambola pero se complicó la vida. Un mal tiro de Forlán -lo intentó sin éxito toda la noche-, y un rechace que Jurado convirtió en oro con el interior. Dentro del jaleo que envuelve a los rojiblancos en este abrupto arranque de temporada, el gaditano es casi el único que pone algo de temple y cordura. Según la la teoría, un gol pronto es el mejor bálsamo para el equipo, el cuestionado Abel y la sufrida hinchada. Pero los 'colchoneros' son un manojo de nervios que desacreditan cualquier manual y sólo pueden vivir en el alambre.
Incapaz de manejar los tiempos y las situaciones con cierta calma y destreza, el Atlético volvió a regalar el balón y el dominio al adversario. Jugó al filo de la navaja con ese fuera de juego tantas veces mal interpretado, en esta ocasión con Ujfalusi en el lateral y Perea de central.
El Zaragoza observó las facilidades y forzó enseguida un primer penalti porque Jorge López le ganó la espalda al colombiano y fue arrollado por De Gea, que salió a destiempo. Un pecado de juventud (18 años) que la grada le eximió al instante, ya que le adivinó la atención a Babic. En una noche negra en lo personal, el croata sufrió una lesión muscular poco después que permitió el estreno de Lafita. A partir de ahora, habrá que ver si Lendoiro impugna los partidos de la escuadra de Marcelino.
Se llegó al descanso con dominio estéril visitante, incluido un cabezazo del colombiano Abel Aguilar al palo anulado por fuera de juego previo, y algún contragolpe peligroso de los locales, siempre acausa aragonesa, Marcelino buscó y consiguió más mordiente en la reanudación. Pero golpeó de nuevo el Atlético gracias al acierto de Antonio López a balón parado. En condiciones normales, el duelo estaba resuelto. Pero en El Manzanares bordan las películas de suspense. Ujfalusi metió una pierna a destiempo, se llevó balón y pierna y, esta vez, De Gea no pudo con Ewerthon en la pena máxima.
Reyes, abucheado por 'su' gente, entró por el 'Kun'. Salió con ganas. Nervios, tensión y paradón del juvenil De Gea, el salvador de Abel, el sostén rojiblanco.