La casta jerezana se impuso al ataque nipón

El Xerez Deportivo consiguió el primer punto de la temporada y de su historia en Primera División, gracias en parte a la gran labor defensiva desplegada durante los noventa y cuatro minutos que duró el encuentro ante el Espanyol. De medio campo hacia atrás, los de Ziganda se mostraron intratables, sin fisuras y con una gran consistencia.

Pocas fueron las jugadas en las que los atacantes pericos atravesaron el muro xerecista y cuando lo hicieron, la gran actuación de Renan, impidió que los de Pochettino abriesen el marcador.

Y uno que contribuyó a cerrar el ataque españolista fue el jerezano Jesús Mendoza. A pesar de debutar este año en la Liga de las Estrellas, volvió a demostrar una gran experiencia en el lateral izquierdo. Seguro, sin contemplaciones, con confianza y ayudando a sus compañeros en labores ofensivas. Con el paso de los minutos -sobre todo en la segunda mitad- el zaguero azulino tuvo más presencia en el ataque. En la retaguardia se la tuvo que ver con Nakamura, aunque el japonés tuvo libertad de movimientos. Se le llegó a ver defendiendo a Mendoza cuando el jerezano se incorporaba al ataque. El delantero perico también se ofrecía para sacar la pelota jugada, se cambió a la izquierda, a la derecha y lo intentó por el centro. Llegó a disparar en varias ocasiones sin demasiado peligro, pero la calidad del nipón siempre ponía en vilo a la defensa azulina. Con Mendoza perdió su particular lucha, y sólo hizo un recorte que le permitió marcharse y disparar a portería.

Durante el ecuador de la segunda parte, Nakamura perdió fuerza, momento que coincidió con la mayor presencia de Mendoza en el campo rival. Al final, un duelo de alturas entre dos grandes futbolistas que terminó por caer de lado xerecista. La fuerza del nipón no pudo con el coraje del jerezano.