Mariano Rajoy y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, saludan ayer a los asistentes a la fiesta del PP gallego en Silleda./ EFE
ESPAÑA

El Ejecutivo da por aprobados los Presupuestos Generales del Estado

Salgado afirma que las fuerzas de izquierdas serán sus «primeros aliados», pero también lanza un guiño al PNV

COLPISA. MADRID Actualizado: Guardar
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Hacía mucho que el equipo de José Luis Rodríguez Zapatero no se mostraba tan confiado en poder sacar adelante las cuentas públicas. Menos con el voluminoso proyecto de ley recién aprobado por el Consejo de Ministros y aún sin entrar en la cámara baja. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, optó ayer por la prudencia. Aseguró tener «ciertas esperanzas» en que el acuerdo será posible. Fuentes de La Moncloa afirman, sin embargo, que el apoyo de las fuerzas de izquierda y el PNV está casi garantizado.

El del grupo que conforman Esquerra Republicana, Iniciativa per Catalunya e Izquierda Unida, permitiría a los 169 socialistas llegar a 174 votos. Si suma los dos del BNG alcanzará los 176 que, técnicamente, necesita. En condiciones normales bastaría con una mayoría simple, pero levantar el veto del Senado exige mayoría absoluta y, dada la composición de la cámara alta es más que probable que el proyecto haga un camino de ida y vuelta.

Salgado señaló que todos los defensores del gasto social serán sus «primeros aliados». Pero los socialistas tienen especial interés en que también los seis diputados del PNV se suban al carro. Eso les evitaría perder la centralidad política, un espacio vital para cualquier partido con vocación de Gobierno. Después de haber calentado el ambiente con un discurso contra los poderosos y de haber defendido una subida de impuestos que finalmente se ha quedado en la supresión de la deducción de 400 euros en el IRPF, la subida de dos puntos del IVA general y uno del reducido y la tributación de las rentas del ahorro al 19% y 21%, el PSOE busca reubicarse.

La vicepresidenta segunda no ocultó sus intenciones. «Me gustaría no dejar fuera a otro grupo por el esfuerzo fiscal que pedimos, que es realmente moderado y explicable». El destinatario de este mensaje es más que evidente porque el PP y CiU ya han dejado claro que no apoyarán las cuentas públicas y el único otro partido crítico con las subidas impositivas, porque va en su ADN ideológico, es el PNV.

'Blindaje'

La negociación con el grupo vasco plantea, con todo, ciertas dificultades internas. Entre sus condiciones previas se incluye el blindaje al Concierto Económico para que las normas fiscales de las Diputaciones forales puedan ser recurridas sólo ante el Tribunal Constitucional y no, como ocurre ahora, por la vía de lo contencioso-administrativo. El problema es que el PSE no quiere que su principal adversario político capitalice una postura defendida por todas las fuerzas del Parlamento de Vitoria sin excepción. La dirección del grupo socialista en Madrid entiende, sin embargo, que en esta ocasión cada cual tendrá que saber jugar sus cartas.

Salgado afirmó que el Ejecutivo tiene voluntad de encontrar una solución a este asunto que, en principio, obligaría a una reforma de la Ley Orgánica del Tribunal Constitucional y de la del Poder Judicial. Estudia si es jurídicamente «asumible». Los negociadores del PSOE no ocultan su deseo de contar con unos socios que consideran «fiables» y aseguran haber visto buena disposición.

Lo cierto es que ni un solo partido aplaudió el Presupuesto que ayer explicó Salgado, pero es habitual que en estos días previos a las transacciones parlamentarias, todos adopten una posición de firmeza. El portavoz de ERC, Joan Ridao, afirmó que el PSOE tendrá que «esforzarse mucho» porque «sigue el mismo guión errático, improvisado e irreal». El de IU, Gaspar Llamazares, aseguró que no dará un «cheque en blanco» a un Gobierno del que no se fía. Y el del BNG, Francisco Jorquera, avisó de que es un mal comienzo «gravar el consumo independientemente de la renta».