Sociedad

Misterios del Niño de Praga

Benedicto XVI será el primer papa en visitar la imagen, de origen andaluz, que le 'concedió' el éxito a Paulo Coehlo

PRAGA Actualizado: Guardar
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El Niño Jesús de Praga hoy dice menos que antes. En el franquismo, siendo España reserva espiritual de Occidente, tenía infiltrada en el corazón del comunismo una estatua subversiva y milagrera de origen andaluz. Pero sigue atrayendo un millón de visitantes al año. La mitad, hispanohablantes, según cuentan en la iglesia donde se halla, Santa María de la Victoria, en el barrio viejo de Praga. Es un culto muy curioso, basado en la fastuosidad del armario ropero de la figura -más de 200 trajes donados por fieles-. Benedicto XVI le rendirá homenaje hoy, en su visita de tres días a la República Checa.

Pero hay algo más raro, confesaban ayer los frailes carmelitas del santuario. Es la primera vez que un papa acude ante la imagen, y eso que Juan Pablo II estuvo en Praga en 1990, 1995 y 1997. Es más, en esta ocasión la visita no estaba programada y sólo se insertó por intervención del nuncio, Diego Causero. «Es que viene siempre aquí a misa», cuenta el rector, Anastasio Ruggero. Él tampoco sabe por qué Wojtyla nunca fue. Se le ocurre que hasta 2000 el templo se hallaba en un estado precario y no tenía ni bancos. Pero sigue siendo muy extraño, pues Juan Pablo II ha visitado los sitios más recónditos y tenía debilidad por los cultos populares.

Sus intrigas

La historia de esta estatua de cera de 47 centímetros también es intrigante. Originaria de Andalucía, acabó en manos de los condes de Treviño y terminó en el siglo XVI en Praga. Se la llevó una noble de esta casa, María Manrique de Lara, al casarse con un aristócrata bohemio -de Bohemia, no crápula- y luego la regaló a su hija Polyxena, quien la donó al convento. A partir de ahí se suceden calamidades en la leyenda, en las luchas de católicos y protestantes. La estatua se perdió en un saqueo, apareció más tarde entre escombros pero sin manos y no dejó de causar desgracias hasta que le pusieron otras. Luego empezó ya hacer prodigios con normalidad.

El santuario se preparaba ayer para la visita. En los bancos está la oración oficial para pedir favores en 13 idiomas. En el museo se exponen algunos trajecitos procedentes de todo el mundo. El Niño está vestido desde ayer en versión monárquica, con la corona y el manto de armiño, para recibir al Papa. La tienda, para lo que suelen ser estos lugares, es sobria. Sólo tienen el Niño Jesús en llaveros, imanes de nevera, puzzles o cuadros digitales donde desfila vestido con los modelitos. Hay amplia variedad de esculturas y libros, incluido el cuento infantil sobre la truculenta leyenda.

Pero hay cosas más sorprendentes. Cuentan los frailes que en los ochenta un señor llamado Paulo Coelho le pidió al Niño convertirse en un buen escritor. No sigue rezando por ello, considera que lo ha logrado: se presentó hace unos años con otro traje para la colección, que está enmarcado en la sacristía. Pone Obrigado.