Que buenos somos

Cuando abro el periódico no puedo por menos que pensar: ¡Hay que ver lo buenos que somos! Hace unos años siempre nos quedábamos con la miel en los labios, parecía que teníamos la negra encima y sin embargo ahora todos son triunfos. En fútbol hemos conseguido tener la mejor selección de todos los tiempos y rememorando el épico gol de Marcelino nos hemos proclamado campeones de Europa. El Barça conquistó el año pasado todos los títulos que se les pusieron a tiro. En baloncesto, que podemos decir, Pau Gasol y sus secuaces, después de proclamarse campeones del mundo y medalla de plata en China han arrollado en Polonia. Nadal en tenis, aunque ha pasado un bache, es sin duda en mejor del mundo y hace pocos días los chicos de la David se han vuelto a meter brillantemente en la final. Una pasada. En ciclismo, y rememorando los mejores tiempos de Indurain, han hecho que Contador gane el Tour. Para colmo, en Fórmula uno, Fernando Alonso sigue siendo el piloto más valorado de la parrilla y su fichaje por Ferrari nos augura un próximo campeonato repleto de éxitos. Pero eso no para. Marta Domínguez en atletismo, los equipos de balonmano, los golfistas que siguen la estela de Seve, el incansable Carlos Sáinz y muchos y muchos más, hacen que todos sean parabienes para nuestros deportistas. ¡Que buenos somos! Todo esto contrasta con otras noticias que podemos también leer diariamente. Muchos países van saliendo de la crisis mientras nosotros seguimos elucubrando como la vamos a esquivar. La lucha entre los partidos políticos llenan páginas y páginas de acusaciones y respuestas, de tránsfugas y aprovechaos. El paro sube, se cierran empresas, los autónomos se quedan a dos velas, en fin, para que seguir. Ahora, cuando abro el periódico me dirijo directamente a los deportes, lo otro, me deprime.