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«La familia puede llegar a ser tóxica»
La hija del actor aspira al premio a la mejor actriz por 'Making plans for Lena', su primer papel
SAN SEBASTIÁN Actualizado: GuardarInviernos en Cortina d'Ampezzo, veranos en la Toscana, casas en Venecia y París... Chiara Mastroianni (París, 1972) jura que ha tenido una infancia normal pese a ser hija de dos mitos de la pantalla. Catherine Deneuve y Marcello Mastroianni se separaron cuando ella tenía tres años. Creció en París junto a su madre y su hermano Christian Vadim, el hijo que Deneuve tuvo con el director Roger Vadim. A pesar de aparecer en una treintena de títulos, Making plans for Lena es el primer papel protagonista de la actriz y cantante. Christoph Honoré dirige un irritante drama sobre una madre incapaz de asumir su papel en la vida, ahogada por su familia y el complejo de culpabilidad. Chiara, madre de dos hijos de padres distintos en la vida real (el músico Benjamin Biolay y el escultor Pierre Torreton), tiene una rara belleza que recuerda alternativamente a sus progenitores.
-¿Su primer recuerdo de un plató?
-A los seis años visité a mi padre en el plató de La ciudad de las mujeres, de Fellini. Cuando uno es niño todo le parece grande. ¡Y aquellos decorados me parecieron alucinantes! Hice un papelito, pero mi escena nunca salió en el montaje final. Eso me enseñó una lección muy importante sobre la humildad que todavía tengo presente. Durante mucho tiempo me dediqué simplemente a acompañar a mis padres a los 'sets' de rodaje, y no me di cuenta hasta bastante tarde de que yo era actriz. He desempeñado muchos papeles secundarios, personajes en segundo plano, algo que no me molesta en absoluto.
-¿Cómo encontró las claves para su personaje de Lena, ahogada por el peso de la familia?
-Conozco qué es ser mujer, trabajar y tener hijos, aunque yo soy bastante más privilegiada que Lena. Sin embargo, su sentimiento de culpabilidad por ser mala madre está muy extendido. Para componer el personaje me fijé en personajes literarios, en esas heroínas de Alice Munro y Edith Wharton, aunque Lena podría ser más bien nuestra vecina. Me encanta observar a las personas en la calle, sólo tienes que fijarte en una madre que carga con sus hijos.
Adolescentes y adultos
-¿Lena es una víctima?
-No creo que la película la presente como tal. La familia puede llegar a ser tóxica, no quiero decir que los padres actúen de manera perversa, sino que creen que hacen algo por el bien de sus hijos y en realidad les están agobiando. Es curioso. Mi generación se comporta hasta los cuarenta años como si fueran adolescentes con sus padres, pero a sus hijos les tratan como adultos.
-¿Ha experimentado la culpabilidad por ser mala madre?
-Claro. Las mujeres tenemos que ser esposa, madre, trabajadora y sacar tiempo para encontrar nuestra propia identidad. Hemos asumido que la mujer trabaje, pero no del todo. Todavía cuando un hombre lleva a su hijo al colegio lo miran con suspicacias. Lena no abandona a sus hijos, se los deja al padre, pero, claro, lo entendemos como un abandono. Es una culpabilidad muy insidiosa.
-Catherine Deneuve podría haber interpretado a su madre...
-Huy, no, la veo todos los días. Estoy encantada de haber tenido una madre tan cinematográfica.
-Con los padres que tiene, ¿es mitómana?
- No, para nada. He llevado una vida muy normal. Mis padres tuvieron mucho cuidado en no mezclar dos mundos, el cotidiano y el del glamour. Igual le decepciona mi respuesta, pero me protegieron de todo este circo. La gente se imagina que mi infancia ha sido de fábula, pero iba al colegio como todos los niños. Con la única diferencia de que mis padres tenían una profesión un poco rara. Cuando eres niño, quieres que tus padres tengan la misma profesión que los demás y que regresen a casa a las siete de la tarde. Ya ve, una infancia convencional. Mis padre eran eso, padres, que fueran actores era secundario.
-¿Ejercieron de maestros, la ayudaron a aprender a ser actriz?
-No hablábamos mucho sobre la profesión, es un rasgo de su personalidad que he heredado. No nos sentíamos a gusto hablando de nosotros mismos, aunque supongo que inconscientemente lo hacíamos. Y menos de las técnicas interpretativas. Mi padre era muy irónico respecto al Método del Actor's Studio. Él era un actor puramente instintivo, no creía en el Método. Hablábamos como hablan los padres con los hijos, intentaban ayudarnos a convertirnos en adultos para que pudiéramos tomar nuestras propias decisiones y equivocarnos.