Guillermina Baeza regresa a los años 20 y Dolores cortés se recicla
El look más rompedor ha venido de la mano de Carlos Díez, que no ha dejado indiferente a nadie
MADRID Actualizado: GuardarLa cincuenta edición de Cibeles Madrid Fashion Week finaliza con una jornada dedicada a las colecciones diseñadas por Anke Schlöder, Krizia Robustella, Nicolas Vaudelet, Juana Martín, Maria Barros, Montserrat Bassons, El Delgado Buil, Serguei Povaguin, Sita Murt, Carlos Díez, Guillermina Baeza y Dolores Cortés. Ayer, Elio Berhanyer, que este año ha cumplido 80 años, recibió un homenaje en Cibeles Madrid Fashion Week en una jornada en la que se vieron las propuestas de Javier Larrainzar, Andrés Sardá, Alma Aguilar, Roberto Torretta, Duyos y Antonio Miró.
Los marineros de Robustella y las mujeres étnicas de Schlöder
La pasarela ha sido inaugurada por la colección 'Sport Deluxe', de Krizia Robustella, que ha tomado como referente las prendas deportivas de las últimas décadas para crear un universo propio donde lo cómodo se funde con el lujo y el lujo pasa por formas y tejidos hasta ahora relegados a la escala de lo formal. Robustella es la marca de la gente más arriesgada, excéntrica e inconformista de la noche y el día. Gente que sienta la necesidad de verse diferente y saberse observada al pasar durante el día, sin perder la elegancia y el glamour que acompaña alas noches de las grandes ciudades. Gente con ansias de expresar individualidad a través de su atuendo, mezclando estilos sin temor y siguiendo la moda a su manera.
Robustella ha compartido horario con Anke Schlöder, que ha mostrado una colección titulada 'Perforado'. Telas,Texturas, Patrones, Colores y Formas participan en un juego de quitar y poner, de decorar y destruir. Una manera de romper y unir las diferentes partes de una prenda en el mismo acto.
El estilo étnico de Nicolas Vaudelet y Juana Martín
Nicolás Vaudelet se inspira en los marinos, pescadores y aventureros de ultramar, y en la sofisticación étnica del Nuevo Mundo -incas, aztecas, el Dorado, - para crear su colección 'Primavera-verano 2010' para el Caballo. Ropas lavadas y arrugadas, remangadas, inspiradas en el mascarón de proa de los navíos. Prendas técnicas en las que lo superfluo desaparece o se difumina: Monos, uniformes con cortes ergonómicos, pantalones de trabajo, lobos de mar. Y junto al aire del océano, la fuerza de la tierra en la que habitan civilizaciones ignotas: Amazonas, siluetas alargadas, pantalones pijama y túnicas. Prendas acuosas, que se estrangulan con cuerdas redefiniendo las curvas del cuerpo, o desgarradas y zurcidas a modo de cicatrices.
Del mar, colores lavados, desteñidos por el sol y la sal, pasteles, aguamarina, grises, aviviados con neones y fluorescentes. Del Nuevo Continente, tonos de la selva: verdes helecho, tierra, siena, frutas aciduladas y flores exóticas: mango, albaricoque, granada, hibisco. Materiales técnicos: neoprenos, reflectantes, nilón, viscosa; mezclados con sedas, algodones, linos y hebras de soga entretejidas con hilos dorados. Redes de piel troquelada. Punto sublimado de oro y macramé de cáñamo. Hatillos de piel de pez, sacos de grumete y cestas de palma. Plataformas-esculturas de madera y metacrilato y joyas de cerámica.
Juana Martín, tras estudiar al famoso director de cine Kusturica y quedar fascinada por su aproximación al universo étnico, crea su nueva colección inspirada en los grupos étnicos arraigados en el sureste de Europa. Una moda con personalidad y carácter, con cierto aire mágico, con melodía, con historia, con sentimiento, con pasión… Para la próxima temporada la diseñadora propone mujeres con fuerza; creaciones que realcen sus rasgos y la feminidad de las curvas. Algodones y sedas para el este… y para cualquier punto más allá de las fronteras. Poesía en movimiento, como la música, como el arte.
María Barros y Montse Bassons ponen la nota de color
La Colección 'Oneguin' de la diseñadora María Barros es un homenaje a lo sofisticado, lo teatral, barroco y pasional de la ópera de Eugenia Oneguin, donde confluyen la fuerza y el drama, a la vez que la elegancia y la vida con todos sus misterios. Una colección que se caracteriza por el uso de tres colores muy concretos: el naranja, el azul petróleo y el blanco en tejidos como sedas, organizas, rasos y algodones que visten a una mujer ligera y profunda, sensible y valiente.
Destacan las blusas y los cuellos con amplios volantes y transparencias en gas, así como los pliegues y las espaldas escotadas. María Barros sigue una línea de cortes muy sencillos y rectos huyendo de las asimetrías. Los pliegues y los volúmenes que caracterizan el trabajo de María Barros, completan esta historia de dobleces y entresijos, de pequeños rincones donde aún se pueden guardar secretos.
La última cita de la mañana fue para Montse Bassons, quien se estrenó por primera vez en Cibeles a pesar de sus más de treinta años de andadura profesional, y puso la nota refrescante con un colorido desfile de moda de baño en el que nos traslada desde la estética más glamurosa de los años 50 hasta épocas más futuristas.
Bikinis, trikinis y bañadores se iluminan con pinceladas de lila y morado sobre básicos como el blanco y el negro, en tejidos laminados y texturizados de favorecedoras líneas. Un buen cierre para la última mañana de Cibeles.
Ritmos callejeros para El Delgado Buil y elegancia para Serguei Povaguin
La animación ha llegado a primera hora de la tarde con la apuesta de Anna Figuera y Macarena Ramos, que forman la pareja El Delgado Buil, dos veces premiadas en Cibeles por sus aires innovadores. En esta ocasión se fijan en las fiestas locales con sus 'majorettes' -cuatro niñas han animado el desfile con sus bastones- para unas prendas llenas de volantes. Incluso las líneas masculinas llevan volantes rodeando tanto los pantalones como las leves gabardinas de arriba abajo.
La napa, tan presente en sus diseños, se ciñe en faldas o se aplica también en vestidos de volantes de arriba abajo, con tachuelas doradas con formas de estrellas o corazones ribeteando las piezas. Los pantalones, anchos, sin que falten las rayas marineras en rebecas o faldas. Se combinan los colores blancos con los salmón y los tejidos van desde los más vaporosos -especialmente en camisas plagadas de volantes- a la piel más marcada.
Por su parte, Serguei Povaguin presenta una colección de origen incierto, en ocasiones el secreto mejor guardado del diseñador. Este es el caso de Povaguin, que poco ha revelado de sus propuestas de primavera-verano 2010 hasta el mismo instante de su salida a la pasarela.
Povaguin presenta una colección de colores y cortes muy restos y sobrios, en los que predomina el color blanco y el gris en toda su gama. Opta por vestidos y abrigos de cortes rectos en tejidos que van desde el cuero hasta el ante y el algodón.
Pantalones de talle alto con detalles de lentejuelas en los pliegues, sujetadores de cuero trenzados en colores burdeos y negro, así como trajes de pantalón por la rodilla que se adaptan a la figura de la mujer como una segunda piel. Muchos encajes, transparencias para una mujer seria y elegante a la par que femenina, donde predominan las gasas, el raso, el ante en faldas de tubo y tops.
Sita Murt reluce en Cibeles
Los minivestidos o las faldas mini se imponen como imprescindibles en la temporada primavera-verano de 2010. También se apunta a la tendencia la catalana Sita Murt, que viste a una mujer en la onda de la moda pero con buen gusto. Murt presenta una colección en tono blanco mezclados con dorado para minivestidos en punto, donde siempre se hace fuerte. Trae lentejuelas blancas y paillettes que se entretejen con las prendas y otras piezas igualmente cortas, con tiras deshilachadas, que parecen plumas.
Tachuelas de color oro viejo bordadas a mano, gasas de corte salvaje y macramé hecho a mano para minivestidos en gris enriquecieron esta delicada apuesta.
Carlos Díez, comodidad ante todo
Fiel a su estilo transgresor y arriesgado, Carlos Díez ha conseguido no defraudar a nadie con su nueva colección primavera-verano 2010. Siguiendo una clara tendencia radical y alternativa, Díez ha sorprendido no sólo con sus propuestas, sino con el 'look' completo con el que se ha subido la pasarela Cibeles.
Abrió su desfile con cuatro modelos (2 chicos y 2 chicas) en ropa interior masculina, compuesta por calzoncillos, camiseta interior o mono, luciendo pelucas masculinas y la cara bronceada a base de mucho maquillaje. La primera línea proponía vestidos, monos y pijamas en tonos ocre con un estampado de pelucas (las mismas que portaban los maniquíes). Los cortes clásicos y muy masculinos, donde lo que predominaba era el estampado de la tela.
La segunda línea, completamente en negro, se volvía a abrir de la mano de 4 modelos en ropa interior negra. Todas las proposiciones de Carlos Díez muestran una clara filosofía: comodidad ante todo, por ello el predominio del algodón.
Finalmente una última línea en colores dorados y beige en monos y vestidos, con detalles de costuras y corchetes en color fucsia. También aquí una clara superposición de volúmenes y tejidos que van desde la seda hasta las puntillas, pasando por el terciopelo y el algodón. Vestidos con 'print' de leopardo combinados con deportivas (converse en plástico y DC), insistiendo en la estética masculina que define las creaciones de este bilbaíno tan original y sin complejos.
Guillermina Baeza regresa a los años 20 y Dolores Cortés se recicla
La colección de Guillermina Baeza 2010 es un homenaje a los años veinte, época de transformaciones sociales creatividad y liberación de la mujer. Década en la que la evolución de la moda marcó una liberación en el cuerpo femenino. La ropa de mujer dejó de ser estática rígida, el corsé desaparece y la mujer empieza a tomar conciencia del movimiento de su cuerpo.
En su colección los colores reinantes son el blanco, negro y la gama de morados y verdes, mientras que las texturas más utilizadas son los deborados sobre algodón, lycra, popelín y organzas, siempre elásticas y microfibras. Todos los modelos se empeñan en armonizar el cuerpo de la mujer con líneas suaves y femeninas.
Por su parte, Dolores Cortés busca una estética basada en las 3-R: reducir, reutilizar y reciclar. Trata de obtener la máxima belleza mediante la utilización y posterior sublimación de materiales comunes.
Su proyecto se basa en una modificación del producto inicial para ennoblecer su configuración final, valorando especialmente los procedimientos de fabricación y manipulación del material. Partiendo de una acción sobre la propia prenda, o bien por la elección de un determinado material, se presenta una colección de inspiración arty.