Palomar baja el telón de una edición más de Alcances
El Festival entregó sus premios en una ceremonia con flamenco
CÁDIZ Actualizado: GuardarPuede que Carlos Saura estuviera emocionado. Pero no se le notó. Subió al escenario después de que su compañero Vittorio Storaro le hicera una hagiografía larguísima, repleta de guiños personales, y en medio italiano, para desesperación de buena parte del patio de butacas. «En esta vida es muy importante encontrar un maestro; yo he aprendido mucho de Carlos Saura. Sobre todo, humanidad». Previamente, la periodista Charo Ramos había desgranado su vida y milagros con una precisión tal que sorprendió al propio homenajeado: «Esta muchacha sabe más de mí que yo mismo». Carraspeos, un saludo a la familia, y glosa completa al flamenco: «No sólo tiene pasado, sino también presente y futuro». Marca nacional, arte atávico, un valor a exportar.
Saura recordó cuando, en uno de sus primeros encuentros con el fotógrafo italiano, debatían ideas para Flamenco. «Vamos a trabajar con humildad», le dijo el que finalmente ha firmado la estupenda fotografía de seis de sus películas. «La humildad es necesaria, pero en su justa medida. Cada cosa en su sitio», le respondió Saura.
Ayer, no obstante, se pasó de humilde. «No quiero hacer esto muy largo», primero. Después: «No quiero daros mucho la lata». Tan sólo mostró un punto de cercanía al ver la caracola de Alcances: «Estoy seguro de que me inspirará en mi próxima película».
Por lo demás, los premiados en el palmarés desfilaron con más o menos prisa por el atril, mientras que los dos mismos actores de la ceremonia inaugural leían las tarjetas con soniquete televisivo. Palomar puso el resto y echó el cierre con un quejío. El flamenco le iba bien a la noche. Se acabó lo que se daba. La organización está contenta. Ha sido un año dulce, variado. En 2011, más. Con suerte.