El Príncipe con los mandos de la unidad. /Ó. CHAMORRO
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Rota, en misión especial

La Base Naval gana peso como referente militar internacional. El Príncipe Felipe la visitó ayer y comprobó in situ las novedades de la flota de aviones y helicópteros

ROTA Actualizado: Guardar
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La Base Naval de Rota se ha convertido en un referente militar tanto a nivel nacional como internacional, cuyo protagonismo crece por día. El enclave resulta estratégico no sólo para la Armada española, sino también para la marina estadounidense, aunque sus aviones y buques siguen sin tener carácter permanente. Los países colaboradores de la OTAN también han encontrado en Rota el lugar idóneo para repostar. La importancia que está adquiriendo la Base fue consolidada precisamente por la OTAN el pasado mes de julio cuando acogió la celebración del Día Marítimo de la organización internacional con una demostración aeronaval en la que participaron cinco fragatas de distintos países y hasta el portaaviones norteamericano Eisenhower.

Ayer fue el Príncipe de Asturias, Don Felipe de Borbón, el encargado de seguir manteniendo la supremacía de la Base sobre otros enclaves militares, ya que se ha convertido en algo frecuente la presencia de Su Alteza Real en las instalaciones debido a las diferentes escalas que realiza en la misma. Pero esta ocasión era especial, ya que fue en 1998 cuando se produjo la última visita oficial del Príncipe de Asturias a la sede de la Flotilla de Aeronaves para recibir las alas de piloto naval que había conseguido dentro de su trayectoria militar. Una década después regresó, aunque esta vez para conocer las últimas mejoras que se han instalado en los diferentes aviones y helicópteros que componen la flota existente en Rota.

Cambios destacables

En diez años son muchas las reformas que se han acometido para mantener actualizadas las aeronaves entre las que destacan la última generación de los HarrierII con la evolución Plus, la más moderna versión de esta familia que contiene un moderno sistema radar multimodo que permite operar sin dificultades en vuelos nocturnos. También resalta el Sea Hawk 60 Bravo, perteneciente a la décima flotilla, y que ha participado en diferentes misiones como el control de la piratería en aguas de Somalia. Precisamente, este último modelo fue probado personalmente por el Príncipe de Asturias que realizó un vuelo de una hora con dos tomas de aterrizaje en la fragata Navarra, que se encontraba cercana al puerto de la Base de Rota. Tampoco pudo evitar la tentación de probar el simulador de Harrier que se encuentra en el lugar para la formación de los jóvenes pilotos. Para ello, Don Felipe de Borbón tuvo que cambiarse de vestimenta y ponerse la ropa de piloto.

Todo ello ocurrió casi al final de una visita que comenzaba con la llegada del Príncipe en un avión de la Armada a las instalaciones militares de Rota a las 10:45 horas tal y como estaba planificado en la programación de los actos. Una previsión que estuvo a punto de modificarse a causa del mal tiempo, ya que pocos minutos después de la llegada de Su Alteza Real comenzó a llover con fuerza, lo que hizo dudar de que se pudiera continuar con las actividades que se habían planificado, especialmente con el plan de vuelo. Finalmente el cielo abrió y se pudo seguir el programa al pie de la letra. Infundado en un uniforme blanco de Capitán de Fragata fue recibido con honores mientras saludaba a la dotación de la Flotilla de Aeronaves. A continuación, acompañado por el Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada (Ajema), Manuel Rebollo, y el Almirante de la Flota (Alflot), Juan Muñoz-Delgado Díaz del Río, visitó las instalaciones de la Escuela de Dotaciones Aeronavales.

Su Alteza Real también comprobó las diferentes máquinas que componen las dotaciones a través de una exposición estática con explicaciones de los miembros de las distintas cuadrillas.