TRES MIL AÑOS Y UN DÍA

Las Aletas tienen un precio

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La Junta de Andalucía calcula que, cuando esté a pleno rendimiento, el parque tecnológico e industrial de Las Aletas puede reportar 30.000 empleos en sus 527 hectáreas, aunque en principio sólo se habló de 10.000. Al menos, a finales de la semana entrante, se conocerá ya el nombre del gerente de esta iniciativa. Y aunque las obras de palacio van despacio, acaba de darse el pistoletazo de salida para las obras de construcción de los terraplenes, por un importe de 4.121.979,15 euros, iva aparte, que por ahora apenas supondrán 52 empleos hasta que las obras finalicen en marzo del año próximo.

A pesar del interés que este proyecto ha despertado en sectores políticos, sociales y empresariales de la Bahía, el gobierno autonómico se enfrenta a dos brotes de oposición. Por una parte, las organizaciones ecologistas, que entienden que esta actuación es lesiva para el medio ambiente a pesar de que hay prevista la inversión de 6,3 millones de euros en medidas de integración ambiental para el proyecto siguiente, el que técnicamente se define como el del viario estructurante. Y, por otra, los propietarios de los terrenos que quieren sacar más tajada que lo que la ley fija en un trámite de expropiación como este.

De hecho, la Junta asumió varios pronunciamientos judiciales desfavorables antes de acometer el Plan de Delimitación para estas expropiaciones, a través de un nuevo expediente incoado por el procedimiento de urgente ocupación, en base al proyecto que aprobó el Consejo de Gobierno hace casi un año, a 11 de noviembre de 2008. Así que por esta nueva vía, las tornas pueden cambiar a partir de ahora.

En cualquier caso, la Junta parece haberse puesto las pilas: el pasado 17 de marzo, se firmó la Resolución del Consejero de Vivienda y Ordenación del Territorio encargando a EPSA (Empresa Pública de Suelos de Andalucía) la redacción del proyecto de expropiación y apenas un mes más tarde, se inició el nuevo expediente expropiatorio, consensuando un calendario con el abogado del Estado, que fijaba la fecha del 15 de septiembre para poner los suelos a disposición del consorcio de las Aletas: Antonio Fernández no se lo pensó dos veces y puso a varias personas a trabajar de firme, montando los expedientes y notificándoselos a los expropiados. Así que el pasado viernes 4 de septiembre se firmó el contrato correspondiente y esta misma semana comenzaron las obras. Pero Las Aletas siguen teniendo un precio y el tira y afloja con los propietarios de las tierras todavía no ha finalizado.De entrada y como suele ocurrir en estos casos, no están conformes con el dinero que habrían de percibir aplicando la actual ley de suelo y que situaría las compensaciones en 7,5 euros por metro cuadrado. Lejos de dicha suma, ya han reclamado casi diez veces más --entre 48 y 85 euros por metro cuadrado--, en las reuniones que han mantenido con el director de EPSA. Así que como la Junta no quiere crear agravios comparativos con expropiaciones similares que se han realizado con anterioridad, su última propuesta de justiprecio podría alcanzar como máximo los 18 euros por metro cuadrado que se han pagado en otros acuerdos amistosos. Y así se lo harán saber las autoridades autonómicas en la próxima reunión que mantengan. Como prueba de buena voluntad por parte de la consejería, su titular, Antonio Fernández, ya intercedió para que se pagaran los alquileres a los antiguos propietarios que han tenido que realojarse, al menos hasta que estén listas las VPO donde van a establecer su nueva residencia.

Habrá que esperar, sin embargo, para los miles de empleos que se calculan cuando el parque esté funcionando a pleno rendimiento: al Parque Tecnológico de Málaga, inaugurado en 1992, le ha costado alcanzar dicha cota. Por el momento, a partir de marzo y cuando se emprendan las nuevas obras, cabe la posibilidad de crear 1.200 puestos de trabajo por una inversión total de 101 millones. Que tampoco vienen mal con la que está cayendo, dicen unos. Pero que, a juicio de Ecologistas en Acción, no pagan el coste medioambiental que supone esta iniciativa, que dañará a los acuíferos y a las marismas y que alejan a dicha zona, definitivamente, del Parque Natural de la Bahía.