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Gadafi saca pecho
En los festejos organizados para celebrar 40 años de revolución el presidente libio ha exhibido a más de 400 artistas, fuegos artificiales, desfiles militares y aviones surcando el cielo
Actualizado: GuardarJinetes que montan de pie sobre hermosos caballos oscuros, bailarines enfundados en brillantes trajes de colores, perfectamente alineados en infinitas filas, cantantes, fuegos artificiales, desfiles militares. Todo parece poco para conmemorar los 40 años de la toma de poder del coronel Muamar Gadafi en Libia, cuyos festejos dieron comienzo ayer en Trípoli, la capital del país, y se prolongarán a lo largo de toda la semana.
El régimen ha querido celebrar por todo lo alto su retorno a la comunidad internacional tras más de una década de aislamiento. Sin embargo, las ausencias de los principales líderes occidentales en las celebraciones, y la polémica en la que se ha visto envuelto Gadafi en las últimas semanas a raíz de la liberación del único condenado por el atentado de Lockerbie, han aguado en cierto modo la fiesta al Guía de la Revolución.
Como si de la inauguración de unos extraños Juegos Olímpicos se tratara, más de 400 artistas se concentraron en la antigua base militar estadounidense de Mitiga, hoy reconvertida en uno de los fuertes del Ejército libio. Aviones militares surcaron los cielos de la capital, mientras que un enorme desfile castrense, en el que participaron batallones de otros países africanos como Marruecos o Mali, recorrió las principales avenidas de Trípoli.
Imágenes gigantes del Hermano Líder con sus sempiternas gafas de sol adornan los puntos más estratégicos de las mayores ciudades libias, con eslóganes que rezan consignas como «Libia es el Paraíso» o «Alahu Akbar» (Dios es el más grande). Los festejos ascienden, según los organizadores, a más de 40 millones de dólares (casi 30 millones de euros), uno por cada año que Gadafi ha permanecido en el poder.
Al evento han acudido numerosos jefes de Estado africanos, congregados un día antes en Trípoli para la celebración de una reunión especial de la Unión Africana, entre ellos el zimbabués Robert Mugabe o el sudanés Omar al-Bashir. Entre los invitados se encontraba también el presidente venezolano, Hugo Chávez, quien alabó que Libia haya conseguido poner en marcha «un modelo propio de desarrollo, el socialismo libio».
Boicot por Al-Megrahi
Sin embargo, los principales jefes de Estado y de Gobierno occidentales han boicoteado los festejos y han enviado en su representación a ministros o secretarios de Estado. Europa y EE UU siguen furiosos por el recibimiento heroico que las autoridades libias dieron al Abdelbaset al-Megrahi, liberado de una cárcel escocesa por motivos humanitarios tras ser condenado por el atentado de Lockerbie, en el que murieron 270 personas.
Pero nadie como Gadafi para mantener un pulso, como demostró ayer a las autoridades suizas. Libia ha demandado una fianza de medio millón de euros para dejar salir del país a los dos empresarios helvéticos que llevan retenidos durante más de un año. Gadafi ordenó su detención después de que su hijo Haníbal fuera arrestado en Ginebra el año pasado por dar una paliza a una asistenta. Además, paralizó el suministro de petróleo al país alpino y retiró miles de millones de dólares de bancos suizos.
Muamar Gadafi, que entonces contaba con 27 años, tomó el poder el 1 de septiembre de 1969, aprovechando que el primer y único rey del país, Idris I, se encontraba en Grecia. Durante estos 40 años, el coronel ha impulsado un batiburrillo de políticas que él denomina «socialismo islámico», y que ha plasmado en su famoso Libro Verde.