UMA THURMAN ACTRIZ

«Que yo sepa nadie se ha quedado congelado a mi lado»

La bella y fría musa de Tarantino protagoniza 'Una mamá en apuros', una reflexión sobre las mujeres que dedican su existencia a la crianza de los hijos

COLPISA. LOS ÁNGELES Actualizado: Guardar
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Si hay una mujer que rompe con los cánones establecidos en Hollywood esa es Uma Thurman. La bella y fría musa de Quentin Tarantino, que un día rompió sus ataduras con el director y dejó de aparecer en pantalla para poner orden en su vida personal, regresa a las pantallas españolas con Una mamá en apuros, una comedia que invita a reflexionar sobre las mujeres que entregan su existencia a la crianza de los hijos. Madre de dos, de siete (Levon) y diez años (Maya), Uma Thurman está divorciada del actor Ethan Hawke y prometida con el multimillonario suizo Arpan Busson. Sin ninguna duda representa a la mujer del siglo XXI, madre separada, dedicada a sus hijos, trabajadora y con un estilo a prueba de bomba, a pesar de la gélida imagen que transmite.

-¿Es su vida como una comedia romántica?

-Ya me gustaría considerar mi vida como una comedia romántica, más bien es un reality show. Y de eso trata Una mamá en apuros, un filme que muestra el caos y la confusión en la que se puede caer cuando se trata de vivir por los demás. Ninguna madre que no se entrega por completo es una buena madre, pero puede caer en el error de perder su identidad y la estabilidad que ello conlleva. Me identifico con la historia y con todas las mujeres que como yo están viviendo dentro de esta confusión sobre lo que significa ser madre. La culpa te acompaña allá adonde vas y la felicidad depende de donde pongas el límite a tu sentido del deber.

-Para usted, ¿qué es lo mejor de la maternidad?

-La familia es el único puerto seguro que uno tiene. Convertirte en madre es crear tu propio universo durante un tiempo, hasta que tus hijos te dicen que te pierdas porque eres una pesada, algo que me ocurrirá muy pronto (risas).

-Usted creció en una familia budista, ¿es la religión una parte importante en su vida?

-No soy una decidida practicante, no me paso el día quemando incienso o meditando mantras, pero respeto mucho a la gente que lo hace.

-¿Cómo está criando a sus hijos?

-Con una visión muy abierta en cuanto a temas espirituales. No quiero imponerles mis creencias pero tampoco oponerme a que las practiquen. Su padre cree mucho en Dios y eso es algo raro para los niños, porque uno de sus progenitores cree y el otro no. Lo interesante es que aprendan lo que es la tolerancia y las diferentes formas de enfrentarse a la espiritualidad.

Desesperación

-Siempre se ha declarado en contra de la cirugía estética...

-Me desespera la obsesión que hay en Hollywood por aparentar ser más joven de lo que realmente se es. Lo único que realmente te cambia de forma rápida es una operación de cirugía y no sé si lo haré en el futuro, pero en estos momentos no siento ninguna necesidad. Por supuesto que soy consciente de mi cuerpo y trato de hacer ejercicio, ya sea yoga, pilates, o jogging.

-¿Cómo describiría esa desesperación de la que habla?

Para mí esa desesperación es el perfume de los actores jóvenes. Es un alivio deshacerse de ese aroma, porque si mantienes ese olor te puedes volver loco. En este negocio mucha gente se vuelve loca, excéntrica, incluso puede morir por desesperación.

-¿Estaría interesada en rodar 'Pulp Fiction 2'?

-Creo que una buena secuela es la continuidad de la vida de un buen personaje. Si el guión es suficientemente rico y las aventuras de los personajes son legítimas, creo que es interesante explorar de nuevo sus vidas. Sí, porqué no.

-¿Y 'Kill Bill 3'?

-Se podrían hacer 85 Kill Bill. Para Quentin todos sus personajes están muy vivos, creo que él disfruta las aventuras de los personajes que se inventa. En su mente está el pasado, el presente y el futuro.

-Mucha gente la considera en Hollywood como una mujer fría.

-Sí, es cierto.

-¿Y es usted tan fría como dicen?

-Que yo sepa nadie se ha quedado congelado a mi lado, y no entiendo porque despierto tanta inseguridad. Supongo que es una imagen consecuencia de los personajes que he interpretado, pero no soy una mujer fría. Creo que hay muchas actrices que, como yo, han sido consideradas icebergs. Suelen ser siempre las altas, rubias y de ojos azules. Es un cliché, es algo común, todo el mundo cae en los tópicos.