TRES MIL AÑOS Y UN DÍA

Una empresa sin mucha gracia

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No debe extrañarnos que la alcaldesa de Cádiz, Teófila Martínez, se enfade porque Antena 3 refleje en un reportaje algo tan típico como los canis gaditanos. De pronto, nos ha dado el punto de la seriedad, como si San Juan de Dios fuera Buckingham Palace y Cádiz, en vez de seguir siendo la ciudad que sonríe, pasara a nombrar hijo adoptivo al chufla de Risto Mejide. Cualquier día de estos, la Corporación bajo mazas decidirá cambiar los tanguillos de los duros antiguos por una canción de Patxi Andión que decía --mucho antes de José María Aznar-- que la España del chiste había que acabarla.

Aquí, de momento, han acabado con los espiches del socorrista Juan García El Ardentía, desde el altavoz de la playa de La Caleta, ya saben: «Se ha perdido un niño. No sabe ni hablar. Lleva un bañador colorao. No digo más». «Se recomienda a los bañistas que extremen las precauciones. Se acerca una plaga de medusas con muy malas ideas». «Se recuerda que están prohibidos los juegos de pelota. Comprarse un parchís, picha». «Son las seis de la tarde. Hora de merendar». «Se terminan los servicios de playa. Les esperamos mañana en La Caleta. No se vayan a Cancún». «Se terminan los servicios de playa. Mañana cambia el viento. Traerse una rebequita». O la variante: "Son las nueve de la noche, finalizan nuestros servicios.Mañana os espero a todos y no faltéis porque me he quedado con vuestras caras». Ya no más oíremos en la molicie playera lo de «queridos caleteros, son las tres de la tarde, las tres menos diez en Suiza». Se sabe que Protección Civil fue quien le dio el chivatazo al Ayuntamiento por aquello de que cualquier día de estos los bañistas confundirían el anuncio de que alguien podía ahogarse con cualquier broma sobre las ahogadillas. El Gobierno municipal, en materia de playas, bastante tiene con perseguir el peligroso nudismo de Cortadura: no en balde el Concejal de Playas calificó a los naturistas como personas «algo especiales». Así que la empresa Arasti Barca -que el día menos pensado se hará con la concesión de las cuevas de María Moco-ha decidido anticiparse a una sanción municipal y retirarlo de la circulación. Los sindicatos ya han hecho notar que resulta pintoresco que se amoneste a un trabajador por funciones que no le corresponden, ya que ni el pliego de condiciones, ni el convenio colectivo establece que el servicio de megafonía sean funciones propias de un socorrista. «Hay unos cánones establecidos, unos parámetros de lo que se tiene que decir y el servicio de socorrismo tiene que ser una cosa seria, no se pueden contar chistes», insistió don Miguel Arasti. Por lo tanto, es tan serio que un socorrista no tendría que perder el tiempo haciéndose cargo del altavoz.

En aras de preservar la seriedad empresarial, Arasti Barca tendría que hacerle caso a los sindicatos y mejorar la ubicación de las torres de vigilancia en las playas gaditanas para que no dejaran zonas ciegas. O cumplir las condiciones ya de por sí esclavistas que figuran en el pliego de la concesión que obliga a los socorristas a kilométricas jornadas de diez horas. El sindicato Autonomía Obrera también ha venido denunciando que no tienen tiempo ni para comer, que existen casos de cesión ilegal de trabajadores, que la uniformidad no se cumple plenamente y que las embarcaciones dejan mucho que desear. Demasiado para las mejores playas de España, según la propaganda al uso.

Hace poco, con mucho ángel, Miguel Arasti Barca, gerente de la empresa concesionaria de la gestión deportiva en la capital, aseguraba tener los días contados en la gestión del Complejo Deportivo Ciudad de Cádiz, cuyos monitores se le amotinaron y donde el pasado 31 de julio venció su contrato. Lo mismo, gana el nuevo pliego de concesión. Pero en cualquier caso, cuatro de sus empresas controlan buena parte de la vida deportiva local: Arasti Barca Sociedad, que es la de la playa, Arasti Barca Sociedad Limitada, la UTE I (gestión de instalaciones de barrio) y la UTE II (gestión de Puntales La Paz y campos de fútbol del Complejo y el Irigoyen). A escala estatal, nueve empresas forman parte del grupo que fue creado hace veinte años en Burgos y que regenta desde unidades escolares a servicios de atención a personas sin techo, enseñanza para adultos o casas de Acogida a Mujeres Víctimas de Violencia de Género. Labor encomiable si no fuera porque a algunos de sus trabajadores gaditanos les pagan por horas y les recortan la jornada cuando se ponen sindicalistas. Seguro que este tipo de prácticas lo ignoraba el jurado que en el año 2000 designó a Miguel Araste como finalista del I Premio Joven Empresario de Castilla y León. O quizá, maldita la gracia, por eso no se lo dieron.