Superviviente farsante
YouTube desmonta las hazañas del televisivo Bear Grylls, un aventurero que exagera las situaciones extremas
Actualizado: GuardarBear Grylls ha elevado los documentales de naturaleza al rango de reality shows. A su lado, David Attenborough y nuestro Félix Rodríguez de la Fuente son cobardes guías turísticos. El último superviviente -serie documental del Discovery Channel emitida entre nosotros por Cuatro- enseña cómo sobrevivir en un medio hostil sin más ayuda que nuestro arrojo. En realidad, los exóticos parajes son una excusa para que Grylls impacte a la audiencia con una sucesión de morbosas pruebas.
Así, este antiguo soldado del SAS (el cuerpo de operaciones especiales del Ejército británico) se lanza por barrancos, vadea rápidos, trepa por riscos y se zampa lo primero que pilla. Arranca de un mordisco la cabeza de una serpiente, destripa un camello para envolverse en sus vísceras, picotea cagarrutas y se bebe su propia orina. Es una estrella en el mundo anglosajón. Aparece en el programa de Oprah Winfrey y vende libros, vídeos y hasta el cuchillo Bear (414 euros). También es el hazmerreír en internet, repleto de vídeos que desmontan sus pretendidas hazañas.
Un ejemplo. Grylls se juega la vida y sortea una peligrosa grieta de un volcán en Hawai. El estrecho paso se puede cruzar con los ojos cerrados, como demuestra un usuario de YouTube; en realidad, el remoto confín está repleto de coches. En otro vídeo nuestro héroe se pierde en una selva ignota sin agua ni comida. Lástima del hotel que asoma entre la espesura. Incluso hay una escena descartada de la propia serie, que revela el equipo de media docena de personas que le acompaña en todo momento.
En definitiva, puro espectáculo, mera ficción bajo un peligroso barniz documental, que ha llevado a la sección española de la ONG Proyecto Gran Simio a exigir a Cuatro la retirada del programa «por atentar contra la supervivencia de las especies en parajes naturales». Que Grylls se coma los bichos que se mete a la boca (nunca se le ve tragarlos) no resulta tan peligroso como el ejemplo que da a urbanitas descerebrados que pretenden imitarle. Hace unas semanas, tres estudiantes pamploneses fanáticos de El último superviviente se adentraron durante una semana en el Pirineo navarro. Perdieron seis kilos y sufrieron hipotermia. Las mentiras de Bear Grylls comienzan para muchos en su biografía. Un compañero del Ejército jura que, de los 36 meses que estuvo alistado, 18 los pasó de baja.