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Las mujeres llenan el último mitin de la campaña de Karzai

El presidente afgano dedica a «las madres de la patria» su intervención, en un acto que concluyó con un incendio

| ENVIADO ESPECIAL. KABUL DUBAI Actualizado: Guardar
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«¡Fuego, fuego!» En unos segundos los 3.000 asistentes al mitin de Hamed Karzai se levantan de sus cómodas sillas de terciopelo azul y se lanzan hacia las puertas de salida del recinto. Empujones, gritos, pánico absoluto en una marea humana fuera de control que está a punto de llevarse por delante a la seguridad personal del mismísimo presidente afgano, al que sacan en volandas del lugar. Unos minutos más tarde su helicóptero -nada que ver con los viejos M17 soviéticos usados por su gran adversario político, Abdalá Abdalá- se eleva en el cielo de Kabul y pronto se pierde de la vista de sus seguidores, que aún luchan por salir de la enorme carpa.

Es el epílogo del último mitin del líder político favorito para la victoria en las urnas, según las encuestas efectuadas por organismos internacionales, que cada vez que sale de su palacio moviliza a un verdadero ejército. Dos horas antes de la cita hay que estar en el lugar en el que un grupo del Servicio de Protección Presidencial, con uniformes negros y armas americanas de última generación, cachean uno por uno a los asistentes. «Así son las medidas cuando se trata de recintos pequeños y cerrados donde el contacto va a ser directo», responde uno de los agentes, escondido detrás de unas Rayban que se parecen a las que se pueden comprar a cambio de 150 afganis -menos de tres euros- en las calles de Kabul.

Entre los asistentes sólo hay mujeres. Los ministerios de Asuntos de las Mujeres y de Educación han movilizado a su personal para acudir en pleno a escuchar a un Karzai que, según anuncia su jefe de prensa, dedica la jornada a «la figura de las mujeres como madres de la patria». Bajo un enorme cartel que reza Nuestro camino es el camino de la paz, el que ha sido presidente durante los últimos ocho años hace su entrada triunfal bajo los acordes del himno nacional, que retumba de forma estridente en unos altavoces colocados para la ocasión en lo más alto de la tienda.

«Las mujeres no participamos en la destrucción de este país, pero tenemos un papel muy importante en su reconstrucción», grita a pleno pulmón la presentadora del evento antes de conceder la palabra. Cuando todo parece a punto de terminar una mujer se levanta de su asiento y lanza la pregunta más aplaudida de la mañana: «¿Para cuándo una subida de sueldo de las profesoras?» «Lo tendré en cuenta...», asegura. Pero antes de concluir la respuesta uno de los flamantes bafles empieza a echar humo.

El fotógrafo jerezano Emilio Fernández Morenatti se encuentra «estable» en un hospital de Dubai después de haber resultado herido y sufrido la amputación de su pie izquierdo por una explosión hace dos días en el sur de Afganistán. «Está perfectamente estable y fuera de peligro, algo eufórico por los medicamentos que está tomando para hacer frente al dolor pero consciente de lo que ha sucedido», según explicaron a Efe fuentes de la diplomacia de los Emiratos Árabes Unidos.

Ayer por la tarde se había completado la operación de la pierna afectada y está descartado que requiera de otra intervención quirúrgica. Al parecer, según las mismas fuentes, los médicos creen que es posible que Morenatti abandone el hospital en unos siete días, aunque se desconoce si después de eso volverá a España.

Tras ser atendido inicialmente en el hospital militar internacional de la ciudad afgana de Kandahar, Morenatti fue evacuado la noche del miércoles a Dubai desde el país centroasiático en un avión fletado por su compañía de seguros.

En el aeropuerto internacional del emirato fue recibido por el embajador de España en Abu Dabi, Gonzalo de Benito, y su esposa, la fotógrafa freelance Marta Ramoneda, quien se había desplazado desde Pakistán, donde Morenatti dirigía desde hace dos años la sección de fotografía de la agencia de noticias estadounidense AP. Junto a Ramoneda, muy emocionada al reencontrarse con su marido, ha viajado a Dubai el delegado de su compañía en el país surasiático, Chris Brummitt, y ayer por la noche también llegaron al emirato una hermana y un hermano del reportero gráfico.

Morenatti viajaba empotrado en un convoy militar estadounidense el pasado martes por el sur de Afganistán cuando su vehículo se encalló en una cuesta, aceleró para subir la pendiente y acto seguido estalló una mina «casera» pero potente. La explosión causó heridas en las piernas de dos militares y de Morenatti y rompió las costillas a un cámara indonesio.