«Lo que más me gusta es estar en pelotas»

«No hay cosa que me guste más en el mundo que estar en pelotas en la playa». Aunque lo veamos aquí con camiseta larga y bañador, deja muy claritas sus preferencias. Le encanta revolcarse desnudo en la arena y acabar «hecho una croqueta». A David Cantero le sale su vena más juguetona en cuanto pisa una cala, sobre todo cuando le acompañan sus hijos más pequeños, Adriano y Alejandro, de cinco y tres años. Sus preferencias son los rincones «solitarios y tranquilos, nada que ver con el estereotipo nacional». Ni chiringuitos, ni familias que dejan que los críos jueguen a pala por encima de nuestras cabezas. Por eso le gustan tanto Almería y Cádiz. «Allí todavía se respira libertad. La gente se queja del viento, pero ¡bienvenido sea! Así se evitan las aglomeraciones...».

Le gusta ir a su aire. Tiene el don de aislarse con sólo ponerse las gafas de sol en la cabeza. Necesita su espacio, su tiempo, «mi burbuja donde sentirme a gusto». Se ha pateado medio mundo como reportero gráfico, pero se emociona al recordar sus veranos de chaval en Navas del Marqués y Sotillo de la Adrada, «pueblecillos de montaña de donde eran mis abuelos». La piscina, los amigos, el bailoteo en la terraza con la orquestilla, las fiestas..., todo aquello le llenaba la vida y le daba fuerzas para soportar el resto del año, o sea, «el colegio, una cárcel donde nunca me sentí a gusto».

Por eso decidió que de mayor sería un aventurero, un soñador, un currante y un niño eterno. Ahora, por ejemplo, está escribiendo una novela ambientada en Irlanda y el año que viene se dará una vuelta por allí «para ver si me he documentado bien». Siempre tiene los ojos puestos más allá, «en algún lugar real o ficticio» donde correr a sus anchas. Ya sea vestido o desnudo, claro.