De festivales artísticos y fiestas mayores
Actualizado: GuardarUno de los aspectos esenciales en una ciudad moderna, con deseos de proyección exterior y que apueste por la cultura como generadora de impulso económico y social, es el referido a sus festivales artísticos. Hablamos de los festivales de gran formato, especializados y que se utilizan, entre otros fines, para fijar una imagen atrayente de la propia ciudad. Ejemplos tenemos en toda Europa, Edimburgo o Avignon entre los más destacados y con mayor solera, igualmente en España y en nuestra inmediata Andalucía como en los casos del Festival de Música y Danza de Granada, la Bienal de Flamenco de Sevilla o el Festival de Cine de Málaga. Así pues no hay que ir muy lejos para observar propuestas.
El caso de Cádiz dista mucho de lo enunciado arriba, incluso de realidades urbanas más cercanas a la nuestra y pienso en el Festival de Flamenco de Jerez. Desde hace ya veinticuatro años se viene celebrando el que debería de cumplir la función de gran evento artístico de Cádiz, el FIT Festival Iberoamericano de Teatro. Una iniciativa de los primeros ayuntamientos socialistas y que se ha mantenido en el tiempo si no con más pena que gloria, sí con cierta desidia y falta de ilusión. El FIT sufre una elocuente paradoja, de un lado es reconocido en los ámbitos teatrales de Iberoamérica, a lo que la labor de sus consecutivos directores ha contribuido enormemente, y por otro lado sigue fuera de los grandes circuitos culturales europeos. En todo este tiempo no ha conseguido ser la plataforma europea para el teatro iberoamericano llevando de camino asociado el nombre de nuestra ciudad. En la base de este fracaso entrevemos dos causas claras. Primero la falta de ambición en el proyecto que se percibe en el Ayuntamiento gaditano, da la sensación de que con que pase el festival ya todo está resuelto. Una ausencia de ganas por integrarlo en redes y plataformas que potencien sus objetivos y su presencia. En segundo lugar el desdén hacia cualquier forma de análisis y reflexión sobre la decadencia del FIT. Hace ya varios años que la Universidad de Cádiz realizó un estudio sobre el FIT con propuestas de relanzamiento y revitalización. Poco o ningún caso hasta el día de la fecha. En el presente sólo obtenemos cifras triunfalistas, poco contrastadas, sobre asistencia y actos de presentación exterior más enfocados al consumo interno gaditano. En resumen, un fracaso en un festival que tiene un apoyo decidido de otras administraciones (Consejería de Cultura y Ministerio de Cultura) y al que parece fallarle la pata esencial, el ayuntamiento gaditano.
Otro festival, certamen en este caso, es Alcances. Todo un veterano en Cádiz y en el conjunto de nuestra nación. Es un caso más lacerante. Sin una dirección artística visible y con responsabilidad, va dando bandazos desde hace años. Su última apuesta es el documental en sus diversos formatos desde hace no más de tres años. Los balances oficiales basculan entre el triunfalismo de unas cifras no contrastables y el autobombo fundamentado en las opiniones de los invitados. En España hay al menos otros treinta festivales que se centran en el género documental. Parece claro que la diferenciación, el buscar hueco propio, no es el objetivo esencial. Entonces, ¿cuál es ese objetivo final de Alcances? Creo que la clave está ahí. No se sabe. Se mantiene porque sería escandaloso suprimirlo y se le aletarga mientras se camina no se sabe hacia dónde. Para estos resultados más valiera haber mantenido el certamen en un formato enfocado a la exhibición del cine no comercial o fuera de estos circuitos y que contaba con un fiel público en la ciudad y en el resto de la provincia.
Hay otros festivales promovidos desde el municipio. De títeres, danza y música clásica. Pero si los anteriores malviven en la ausencia de ideas y recursos, éstos no pasan de ser una oferta puntual de estas disciplinas que no terminan de generar un mínimo de público y que se sustentan en programaciones si no de saldo sí de aprovechando lo que pasa por Sevilla, o algo así...