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«Nos vemos dentro de cinco meses»
Más de 200 soldados zarparon ayer de Rota en la fragata 'Canarias' para luchar contra la piratería en Somalia
| ROTA Actualizado: Guardar«No hay beso que no sea principio de despedida, incluso el de llegada», dice el refranero. Besos, abrazos y lágrimas se derrocharon ayer en la Base de Naval de Rota, donde la fragata Canarias partió hacía Somalia con más de 200 soldados. El objetivo que deben cumplir es el de combatir la piratería en las aguas del Golfo del Eden, en una misión denominada Operación Atalanta por la Unión Europea, que persigue velar por la seguridad en esta zona, protegiendo tanto al tráfico mercante como a los pesqueros que faenan en unas aguas propensas a los ataques y los secuestros.
Despedida
Cientos de familiares acudieron al muelle de la base militar para despedir a los tripulantes del barco. Maridos, esposas, hijos, tíos, padres, e incluso abuelos, no quisieron pederse la que será la última imagen que podrán tener de ellos hasta dentro de cinco meses.
Una despedida a la que tampoco faltaron altos cargo de la Armada, como el Almirante Jefe del Estado Mayor de la Armada, Manuel Rebollo, y el Almirante de la Flota, Juan Carlos Muñoz-Delgado. Ambos no dudaron en subir a bordo del Canarias para saludar a la dotación y unidades embarcadas, a las que transmitieron unas palabras de apoyo y aliento, por el trabajo que van a desarrollar.
Momentos antes de la partida, la tripulación de la fragata recibió el «descansen» para volver por última vez al muelle a decir adiós a sus familiares.
«Nos vemos dentro de cinco meses, sólo cinco meses, no desesperes», consolaba un joven soldado a su esposa. «Releeré tu carta todos los días» decía ella. El sabor de la nostalgia se respiraba en el ambiente mientras los minutos pasaban demasiado rápido para los que se decían «hasta pronto».
Israel Domi levantaba en brazos a su hija de cinco meses, Aldara. «Es tan chiquitita que tengo miedo de que cuando regrese no se acuerde de mí, por eso le he grabado un vídeo para que su madre se lo ponga todos los días», explicaba Israel. Compungida le escucha su mujer, Rocío Benítez. «Lo haré porque también será un alivio para mí ver el mensaje que nos ha dejado en casa, ya que es la primera vez que se marcha tanto tiempo». Este marino sólo cuenta los días para regresar esperando poder llegar a tiempo para celebrar el cumpleaños de su pequeña. «Sólo espero que me reconozca cuando vuelva», dice preocupado.
En otra zona del muelle, Hugo Pionce y Mónica Carrera, ambos de Ecuador, se despiden de sus padres y de la hija que tienen en común. Embarcarán juntos hacia Somalia y la estancia se les hará más llevadera, pero contienen las emociones para dejar en tierra a la pequeña Nicol. «Estoy muy triste, pero hay que trabajar para darle un buen futuro a la familia», explica Hugo. Nicol se turnará durante estos cinco meses entre sus abuelos paternos residentes en Almería, y los maternos, en Galicia. «A penas puedo hablar, siendo mucha tristeza», señala la madre de Mónica entre sollozos.
«Tengo la esperanza de llegar en Navidad», decía María del Mar Cáceres con su sobrina de ocho meses en los brazos. «La voy a echar de menos». A su lado un niño se aferra a la pierna de su padre, el tiempo ha acabado y deben subir a bordo. Mientras sus compañeros atraviesan la pasarela que les conduce al Canarias. Saludan a la bandera. El pequeño sigue luchando para que su padre no se vaya. Es el último beso que se da en el muelle. Las lágrimas se desbordan por sus mejillas.
Esta embarcación efectuará el relevo con la fragata Numancia en su tránsito de vuelta a España. Un regreso que se espera para finales del mes de agosto. La dotación del Canarias está compuesta por 210 personas, a las que se les une una unidad aérea embarcada, con dos helicópteros, y un equipo operativo de Infantería de Marina.